lunes, 26 de julio de 2010

Borghi trabajará en la salida limpia y efectiva del fondo,


Desde esta semana hasta el debut, Borghi trabajará en una de las falencias que arrastra el equipo: la salida limpia y efectiva del fondo, clave para su esquema.

Siempre es difícil encontrar la salida. Este Boca, por ahora, la sigue buscando... El problema está identificado por el cuerpo técnico y es una de las mayores preocupaciones que Claudio Borghi se trae para trabajar en estas dos semanas que quedan para el debut del torneo. ¿Cómo generar una salida prolija y efectiva desde el fondo? En el esquema que utiliza el Bichi se tornan fundamentales los dos carrileros. Deben mostrarse como opciones de pase para la recepción, ensanchar la cancha y darles alternativas a los centrales. Por eso pidió a Fierro para la banda derecha. Y por eso suena Clemente para la izquierda, si es que se va Fabián Monzón (la otra opción es Escudero).

Hasta ahora Boca no encontró aquellas facilidades que deben brindar los volantes externos para ayudar a los zagueros. Así, se ven obligados a caer en el pelotazo sin sentido y a rifar la pelota en vez de cuidarla y poder empezar los ataques con fluidez. Gran parte de los inconvenientes de la falta de juego asociado del equipo se producen debido a que todavía no están aceitados los movimientos iniciales. La otra porción de responsabilidad recae en los mediocampistas centrales. Borghi necesita inventar al Ortigoza del Argentinos campeón. Tal vez pueda ser Battaglia, pero hasta aquí el equipo no contó con un jugador que sea claramente el dueño de las salidas desde atrás y que se encargue con precisión y elección acertada del primer pase.

Así, el inicio de las jugadas es una de las mayores falencias que arrastra el equipo. Y máxime sin Riquelme. Por eso, uno de los dos cincos deberá ponerse el equipo al hombro, bajar a buscar la pelota hasta la medialuna y ofrecerle al enganche las condiciones necesarias para desnivelar. Battaglia, en ese sentido, viene bien: ya recuperado, hizo fútbol dos veces. Cuando jugaba con Cascini, él era quien más se soltaba. Y con el colombiano Vargas, alternaba.

Borghi también sabe que generar costumbres posicionales lleva su tiempo y reconoce que esta lección de su sistema es la que más cuesta aprender. Pero ya tomó nota de las dificultades. Por eso, desde esta semana machacará sobre el tema hasta poder encontrar la salida.

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