lunes, 4 de abril de 2011

Que lindo ver jugadores de las inferiores en la primera.


Mouche, que se quedó afuera del equipo por el cambio de esquema, ingresó al final y le dio el pase-gol a Viatri.

Se la pidió, se la pidió, hasta que Riquelme se la dio. Parado en tres cuartos de cancha, en posición de ocho, Mouche pronosticó el final de la jugada. Y por eso, con insistencia, le gritó a Román. El 10 tardó, pero se convenció. Y ahí arrancó Pablito su escalada rumbo al desborde, el centro y el gol de Viatri. Un aporte decisivo para un triunfo necesario. “Le debíamos esto a la gente. Darles una alegría, volver a ganar de local. Por suerte lo conseguimos”, dijo.

Mouche parecía tener poco tiempo para dejar su sello en el partido. En principio, un poco más de diez. Sin embargo, en ese ratito hizo aquello que en muchas ocasiones se le reclamó: sacarse de encima a su marcador (Nelson Benítez), llegar al fondo y mandar el centro. “Muchas veces entrás y no se te da. En otras sí, como pasó ayer. Yo sé que tengo que seguir trabajando y dándole lo mejor al equipo”, sostuvo.

Con Colón, el partido que le tocó salir, Mouche no había entrado ni un minuto. Sin embargo, al menos ayer, y hasta desde las palabras, pareció bancarse esa situación. “Yo sé que salí por una cuestión de esquema y no estoy enojado ni nada. Espero seguir trabajando de la misma manera y aportar lo que el equipo necesite”. Ayer lo hizo. Y Boca se llevó el triunfo.

Esta asistencia, seguramente, le servirá a su contexto, acaso a su apuesta por volver a ser titular. Lo tranquiliza. Le devuelve la confianza a Falcioni. En definitiva, ayer ganó su equipo. Y también, en su propio marco, ganó él (como también ganó Viatri). “Jugamos bien y dimos un paso importante”. Ahí, más que nunca, vale el plural.

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