Solucionado el ítem espíritu, ahora Falcioni va en busca de la ansiada elaboración. Mientras tanto, jugadores y cuerpo técnico son conscientes de la otra gran deuda que deben saldar: la interna.
Ganar en la Bombonera se ha convertido en objetivo primordial para Boca. Tanto se ha dicho y se ha escrito sobre la vulnerabilidad en casa que ya no sorprende la estadística: de los últimos 40 partidos por torneos locales, ganó 17 y perdió 14. Y en este campeonato, se sabe, ya pasaron Godoy Cruz, All Boys y Olimpo y sólo sumó un punto. Por eso, el plantel asume el compromiso. “Tenemos que ganar en casa para darle una alegría a la gente”, reconoce Pochi Chávez y desparrama el mensaje que se corporiza en el resto del grupo.
El partido de esta tarde frente a Estudiantes, entonces, se vislumbra ideal para cortar la mala racha acumulada de local. Los motivos del karma son varios y variados. La presión, el famoso miedo escénico, el cerrojo que plantean los rivales, la desesperación... De todos modos, desde hace dos años que a Boca se lo nota debilitado en cancha propia. Cualquiera se le anima. “Eso no nos puede pasar más. Tenemos que recuperar la fortaleza en nuestra cancha y sumar todos los puntos”, pide Caruzzo. ¿Hoy se cancelará la deuda?
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