Un grito del alma, con ganas, como si fuera otro de sus tantos heroicos. Se sacó la mufa Martín Palermo y volvió a marcar un gol con la camiseta de Boca. Dejó atrás su peor racha adversa en el fútbol argentino. Fueron interminables 953 minutos, 11 partidos, desde que le había marcado a Gimnasia, en la Bombonera, en la última fecha del torneo Apertura pasado.
Iban 37 minutos del segundo tiempo, en Parque Patricios, cuando Martín, después de desperdiciar varias ocasiones, aprovechó un centro por lo bajo de Mouche y, con el arquero Monzón vencido, anotó el 3 a 0 final ante Huracán. Lo gritó con el alma, la mala racha se terminó en un tarde en la cual el rubio delantero jugó un buen partido: participó del juego del equipo y se le dio el festejo en el final.
En el primer tiempo, Palermo empezó con dos claras ocasiones. Primero definió por abajo. Luego, un cabezazo suyo se perdió muy cerca del palo izquierdo de Gastón Monzón, quien, cuando concluía el primer tiempo, le ahogó el grito de gol. También tuvo un mano a mano y se abrió demasiado.
En el complemento, un cabezazo suyo impactó en el palo y, sin arquero, definió desde afuera del área, aunque por encima del travesaño. Parecía que la racha no se rompía. Incluso Ospina salvó un remate suyo en la línea. Hasta que, a los 37, se produjo el impacto tan esperado.
Pero Palermo no sólo volvió al gol. Martín comenzó la jugada que terminó en primer tanto de Chávez. Luego, bajó la pelota en el de Colazo.
A su carrera le quedan ocho partidos si cumple con su palabra y se retira al final del torneo Clausura. Seguramente, podrá disfrutar más los encuentros que le quedan.
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