sábado, 30 de abril de 2011
Luciano Monzón fue vendido al Niza de Francia en una cifra millonaria.
A pesar del mal momento que está atravesando el club, la vidriera sigue vigente.
La noticia sorprende. Boca volvió a concretar una venta de esas que son cada vez más esporádicas en el fútbol argentino: europea y millonaria. Luciano Fabián Monzón se irá al Niza de Francia en junio a cambio de 2.300.000 euros, impactante por la cifra y el nivel actual del defensor. ¿Por qué la inversión en un jugador de pobre pasar en el Clausura en un equipo que navega en la mediocridad? Las explicaciones deben surgir a partir de lo que significa vestir la camiseta xeneize en el Viejo Continente y la esperanza de que el diamante en bruto pueda brillar como al comienzo...
Las características tentadoras de Monzón desde que estaba en Inferiores, con muy buen remate de media distancia e interesantes proyecciones en ataque, generaron expectativas en muchos técnicos que apostaron por él para darle minutos en cancha. No sólo sucedió en Boca, de hecho fue campeón de los Juegos Olímpicos 2008 disputados en Pekín, con aquella Selección dirigida por Sergio Batista, el mismo DT que lo ha convocado para entrenarse con la formación local. Esas características también conmovieron a Falcioni, que en su llegada a Boca pidió expresamente que se quedara en el club, la primera vez que el conjunto francés vino a buscarlo, a fines del año pasado. “La diferencia es que esta vez el club lo liberó. En diciembre, en principio era un préstamo y después se intentó una transferencia, pero Boca no quería”, aseguró su representante Marcelo Trapasso. Sin embargo, el jugador de 23 años nunca terminó de consolidar todo aquello que generaba y en varias ocasiones quedaron expuestas algunas fragilidades, sobre todo defensivas, en su juego.
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