domingo, 24 de abril de 2011
Beraldi les pegó duro y Falcioni pidió refuerzos. Hoy es el día de demostrar. ¿Aparecerá el fuego sagrado?
Los jugadores de Boca llegan al partido de hoy frente a Huracán con los globos inflados. ¿Se harán dueños del Palacio o serán serviles a los intereses de Pompei y su séquito? Habló el vicepresidente José Beraldi en la semana y dijo que “el que no entienda la mística de Boca y no se adapte deberá irse” y focalizó sus cuestionamientos en los hombres más nuevos. Habló el entrenador Julio Falcioni en la semana y sentenció que “necesitamos varios refuerzos”. Ellos, lo supo Olé , se sintieron tocados, señalados, apuntados. Hoy es el día de demostrar.
El cuerpo técnico, sin autocrítica propia (al menos en público) espera una reacción inmediata de los futbolistas. Aduce que ya probaron variantes nominales y posicionales por doquier, se ampara en la escasez de recambio y siente que llegó el momento de que sus muchachos entreguen una prueba de enjundia y coraje en una coyuntura que lo requiere. El DT quiere jugadores revulsivos. Luego del empate frente a Tigre, en la intimidad valoró la actitud para levantar el 0-2 inicial, pero cree que todavía no alcanza. Entiende que se necesita rebeldía ante la adversidad y aún confía en que este grupo, herido en su orgullo, exhiba la templanza suficiente para afrontar el mini-torneo que desembocará en el compromiso más importante del semestre: el superclásico frente a River de la 14ª, en la Bombonera.
En su rol componedor, en las apariciones públicas de los últimos días, JC defendió a sus dirigidos y no hizo leña del arbol caído. Pero tomó una medida que incluye enojo, castigo y mensaje: por primera vez en su ciclo los hizo concentrar dos días antes del partido. Es más, obligó a realizar toda una movida de logística para cumplir con su pedido y así Boca durmió el viernes en el hotel Sheraton Libertador y ayer en el Madero, el búnker habitual del equipo, que no tenía disponibilidad el viernes a la noche.
Otra vez de regreso a su fetiche 4-4-2 y por primera vez sin Riquelme en los últimos cinco partidos, Falcioni se la juega ante un rival comprometido y urgido. Sin embargo, la lupa, como nunca, estará puesta de la línea de cal para adentro. A ver, a ver los jugadores...
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