sábado, 19 de marzo de 2011
Román y Erviti charlaron largo.
En el cuerpo técnico esperan que el mayor conocimiento influya para no repetir las fallas del debut.
Sentados ahí en el césped, yacen los dos hombres del día. Del día de mañana. Porque será mañana, contra Olimpo, que Boca, que Falcioni, que la necesidad, los vuelva a juntar. Por lo pronto, ahí están ellos, cara a cara, sentados, hablando, acaso acercándose, entendiéndose, imaginando una buena convivencia en cancha. Riquelme y Erviti terminaron así la práctica. Y fue la imagen que se llevó un viernes con un Boca en armonía.
La historia de Román con Erviti, el crack de la 10 con el crack recién llegado, no empezó de la mejor manera contra Godoy Cruz. Y de aquel día a éste, hasta hubo rumores de conflicto que el propio ex Banfield desmintió. Por eso la foto de ayer tuvo ese valor agregado. La charla se extendió, pero parece haber un punto de inflexión entre los dos dueños del talento. No puntualmente por esta circunstancia, sino por la que importa realmente, la futbolística.
¿Cuál es ese punto? Borrar lo malo del debut a partir del conocimiento y, claro, de los recaudos. Hay, por empezar, un Erviti que sabe más de Román. Y eso invita a pensar que no se repetirá ese jugador que contra Godoy Cruz jugó a las sombras del 10. “Ahora hace mucho más tiempo que venimos trabajando, tiene que salir de otra manera”, confían desde el cuerpo técnico. Por ahí pasa la primera cuestión.
El otro aspecto es el táctico. Los mendocinos fueron un aprendizaje. Esta vez está mejor ensayado el retroceso, la forma de cubrir algunos huecos. Falcioni cree fervientemente en que el todo es más que la suma de las partes. No quiere que sólo Riquelme tenga la responsabilidad de conducir; pretende a un Erviti más suelto, más comprometido, con más confianza, que responda al “para esto te traje”. Y busca entre ellos una sociedad más constituida. Dos para todos, no para uno.
Por eso, el DT trabajó mucho en la cobertura defensiva. En la práctica del jueves, de hecho, Riquelme no sólo nació desde el carril izquierdo: retrocedió por ese lado. Esa “sombra”, al menos, ya colabora con la causa, con esa doble línea de cuatro que el DT pretende para bloquear (como le gusta decir) al rival. Si no es Román quien vuelve para agruparse con Rivero, Battaglia y Erviti, lo hará alguno de los puntas (Mouche).
La otra duda que asoma es cuánto está para jugar Riquelme tras más de un mes afuera. Ayer Falcioni destacó su trabajo, que le permite llegar más armado. Después, el DT entiende que no hay un tiempo en cancha preestablecido. Dependerá del partido, de la fricción y del resultado. Todo eso condicionará sus minutos. Para que sea, importante, sí, pero una parte del todo.
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