lunes, 14 de marzo de 2011
En su momento más crítico en Boca, Falcioni quiere volver a contar con Riquelme.
Si trabaja toda la semana junto al grupo, jugará contra Olimpo.
Está raro Boca. Paradójico. Ahora, sí ahora, cuatro partidos después del golpe inicial de Godoy Cruz, cuatro puntos después del (casi) fusilamiento público de Riquelme, cuatro semanas después de la última vez, Falcioni necesita a Riquelme. ¿Mirá vos, che, y ahora lo quiere? Se autopreguntan, irónicos, filosos, los riquelmistas de siempre. Siempre lo quiso, responden, secos, alejados de cualquier polémica, desde el cuerpo técnico.
Como nunca, el técnico precisa del 10. En el momento más crítico de su gestión, soportando algunos cuestionamientos por lo bajo de un sector de la dirigencia, resistiendo el vendaval de críticas de la tribuna, Falcioni pretende que Román juegue frente a Olimpo, siempre y cuando se encuentre en condiciones. Por eso, si hoy aparece sin líquido en la rodilla, recibe el alta médica y trabaja toda la semana junto al grupo, seguramente el domingo pisará otra vez el jardín de su casa. Una fuente que entra al vestuario sin pedir permiso “Si está bien, va a jugar. Y ojalá juegue el resto del torneo y nos haga salir campeones”.
¿Estará bien Riquelme? Es la gran pregunta gran que nadie puede contestar. El sábado otra vez realizó trabajos de campo y se lo notó mucho mejor, pero la última palabra la tendrá José Veiga (médico del plantel) hoy a la mañana, cuando lo revise en el consultorio de Casa Amarilla, constate su evolución y le otorgue al DT la venia para que Román se sume a la rutina del resto.
En el tono conciliador que suele exhibir en público, el discurso del entrenador habitualmente discurrió en torno a que “queremos tener al mejor Román”. Es consciente, Falcioni, de que la incorporación de Riquelme le posibilitará mayor volumen de juego, tal vez en sociedad con Erviti, una variante que no descarta. Entiende que en un 4-3-1-2 Walter no estará obligado a recorrer el carril completo y podrá gozar de la libertad necesaria para sintonizar pies con Román. Está pendiente, sí, del desequilibrio que ya se observó ante el Tomba, en la primera fecha. No quiere que vuelva a suceder lo mismo contra Olimpo y por eso todavía duda de cuál puede ser la mejor receta para rodear al 10.
Hay algo, sin embargo, en lo que Falcioni tiene certezas: la necesidad y urgencia de poner ya a Riquelme... Antes de que sea demasiado tarde.
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