lunes, 27 de septiembre de 2010

Borghi todavía no se baja de la pelea...jugando así?


Pero a Boca le falta juego para sostener la ilusión. Debe definir su identidad y lograr regularidad.

Si perdemos igual somos candidatos”, había anunciado Borghi el jueves. ¿Candidato a qué? A campeón, más allá de que las matemáticas todavía le guiñen el ojo considerando ambivalencias rivales y posible remontada símil Apertura 08 (título obtenido con Ischia), seguramente que no. Su rendimiento lo condena. Por ahora, este Boca parece candidato a pulular por la tabla de posiciones de manera insípida, acumular algunas victorias, otras tantas derrotas y un puñadito de empates y llegar sin (tanta) pena ni gloria (aunque ganar el superclásico sería un premio mayúsculo) a diciembre.

Al cabo, es la radiografía que mejor representa a Boca. La infografía que ilustra esta página lo delata. La irregularidad se nota tanto como la ausencia de Riquelme. Y aunque en este elemento fundamental radique buena parte de las causas del mal, la escasa elaboración de juego no es el único motivo de este zigzagueante electrocardiograma que lo muestra como un paciente débil y con riesgo constante.

Boca se ha transformado en un conjunto de individualides indescifrables, capaces de ser los únicos en ganarle a Vélez y de no crearle una sola situación de gol a Estudiantes. El concepto de equipo todavía le queda grande. Será un semestre, entonces, para seguir ensamblando las piezas, encontrar la identidad, buscar un patrón de juego y lograr regularidad. ¿Habrá paciencia? En tan sólo 49 días, Boca vivió en los extremos. Al borde del precipicio tras la derrota frente a All Boys (Borghi merodeó la renuncia) y el éxtasis total luego de la recuperación anímica y actitudinal ante Vélez. Cosechó dos triunfos consecutivos (Olimpo y Colón) y cuando se suponía que estaba de pie y con fuerzas, se cayó en un partido clave con Estudiantes. ¿Le habrá servido al plantel la declaración de Bichi desdramatizando un posible tropezón ante el Pincha? ¿O éste es un grupo que necesita estímulos para tocar su orgullo? Aún sin rasgos distintivos, da la sensación de que Boca puede perder y ganar con cualquiera. Mancó en dos clásicos (Racing y San Lorenzo) y venció a rivales que pelean arriba y abajo. Borghi acierta en la lectura de la coyuntura. “Me extraña la diferencia de un partido a otro”, dijo el sábado. El técnico es consciente de la inestabilidad y ya probó variantes nominales y posicionales en casi todos los sectores (salvo el arquero) en busca de la mejoría. Y cuando repitió formación (Vélez/Ciclón y Colón/Estudiantes), los jugadores no le respondieron.

La autocrítica de Bichi luce como un aspecto positivo. Aunque lo más difícil sea encontrar soluciones.

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