sábado, 16 de octubre de 2010
Borghi fue a Tandil a ver la Posada para el verano.( se tiene fé )
Mientras, Battaglia se recuperó e hizo fútbol.
Después de una mala siempre hay una buena. Y Borghi se habrá enterado de la positiva por teléfono. Porque mientras él recorría Tandil, acaso el lugar donde Boca hará la próxima pretemporada con o sin él, Sebastián Battaglia se movía con normalidad en Casa Amarilla, hasta hacía fútbol reducido, una señal de que podrá estar mañana contra Huracán.
En una misma mañana, el presente y el futuro. Desde La Boca a las sierras. O no, según la evaluación que el DT haga del lugar que el plantel suele frecuentar (dicen que preferiría trabajar en Buenos Aires) y también de los resultados que se vengan, una cuestión que sigue siendo clave para la continuidad del Bichi. Por lo pronto, Borghi estuvo con el Profe Torres y Marcelo Peña, uno de sus ayudantes, programando lo que aún se puede programar.
Mientras tanto, el plantel se entrenó bajo el mando del Chino Batista y ahí Battaglia dio la buena noticia, cuando parecía que el planchazo de Stracqualursi lo iba a dejar afuera de un partido por primera vez en el torneo. Si llega bien, como parece, lo que tendrá que definir el Bichi es cómo termina de armar el medio. El jueves probó con el doble enganche (Cañete y Chávez) y el 3-3-2-2. Ante la ausencia de Seba, puso a Méndez de cinco y a Erbes de ocho. Entonces, habrá que ver cuál de los dos acompaña a Battaglia y a Giménez en caso de mantener los dos enlaces: el ex Central no se siente cómodo por derecha y Pichi está más acostumbrado porque ya lo hizo en Inferiores. Pero el técnico lo definirá recién hoy.
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