viernes, 15 de octubre de 2010
Gaona Lugo se fracturó la tibia y, sin alternativa por la suspensión de Clemente, Borghi cambia el dibujo.
¿Línea de cuatro? ¡Nunca! Pero saca un contención y va con doble enlace: Chávez-Cañete.
Era la nueva estrellita. La esperanza. La frescura. Orlando Gaona Lugo, en apenas dos partidos (Lanús y Tigre), a pura velocidad y desborde por la banda derecha, había ilusionado a todos los hinchas de Boca. También a Claudio Borghi, quien vio en el delantero devenido en carrilero al jugador que podía cumplirle esa importante función dentro de su esquema. Sin embargo, su cuarto encuentro en Primera (el primero había sido ante Olimpo) recién podrá jugarlo... en el 2011. La imagen de ayer, abandonando Casa Amarilla en muletas, ahorra muchas palabras. Una molestia constante motivó la consulta médica. Y un estudio inmediato que reveló el diagnóstico: fractura por stress del tercio medio de la tibia izquierda. Chau Apertura. Chau ilusión de continuidad. Chau carrilero por derecha. ¿Y ahora, Bichi? “No se puede creer la mala suerte que estamos teniendo con las lesiones”. La frase, en voz alta, de un integrante del plantel que también ha tenido que pasar por el consultorio, resume un pensamiento colectivo en este Boca. La lesión de Gaona Lugo no es habitual en el fútbol y en esa zona (sí es más común en el quinto metatarsiano). Pero hay que aclarar que no se debe a un stress mental o psíquico sino por la acumulación de esfuerzo. Una posible causa es una mala postura al pisar o correr, por ejemplo. Lo cierto es que el delantero paraguayo de 20 años ya venía sintiendo molestias en esa zona desde hacía varias semanas, aunque eso no le impedía jugar. El cuerpo médico, con los estudios en la mano, decidió pararlo, ordenarle reposo por un mes (sin pisar, de ahí las muletas para movilizarse), aunque no se le colocó ningún yeso protector. La idea es esperar ese tiempo para ver si esa fisura logra soldarse. De ser así, podría volver a entrenarse con normalidad. Aunque por los tiempos lógicos de recuperación, incluso para los más optimistas, es prácticamente imposible que pueda regresar a las canchas antes de fin de año.
Ante ese panorama, a Borghi se le planteó un gran problema. Para el puesto de carrilero por derecha no tiene opciones. Clemente Rodríguez, el otro potencial titular de esa posición, fue expulsado ante Lanús y todavía debe dos fechas de suspensión. Jesús Méndez, el que empezó jugando por ahí en los primeros encuentros, no siente la posición y el DT ya tiene en claro que no le pedirá nuevamente que haga el esfuerzo de hacer la banda. Leandro Marín, que jugó por ese sector contra All Boys, sufrió una rotura de meniscos que lo dejará fuera de carrera por un tiempo, además de no sentir el puesto. Habría que recordar que, en su plan original, ese puesto era para Gonzalo Fierro, cuyo pase se cayó a último momento por un problema en la visión del jugador chileno.
Así las cosas, en la práctica de fútbol de ayer, Borghi se vio obligado a cambiar su esquema tan mentado. Del 3-4-1-2 ideal pasó a un 3-3-2-2, con doble enganche (Chávez-Cañete) en lugar de un doble cinco. Y por la banda derecha se ubicó Cristian Erbes, quien podría ser una alternativa en este carril de emergencia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario