martes, 12 de octubre de 2010

¿Reaparece el domingo?


Difícil: aunque está mejor, volvería con Argentinos, una fecha antes del superclásico. No sólo quiere estar a full ante River... ¡Sueña con el amistoso contra Brasil!

Si se trata de ir al casino, Olé recomienda: en ésta no apuestes...

Hay indicios, sí, informaciones, también, pistas, por qué no, que ayudan a entender la coyuntura. En criollo, para alimentar el ego del hincha, el que se viste de azul y amarillo todos los domingos y el que ocasionalmente se pone la celeste y blanca, va la idea que circula de una punta a la otra por la terrenal cabeza de Román: prepararse a full, sin dar una gota de ventaja, para los dos partidos que más lo motivan: el 7/11 hay un picadito en el Monumental, frente a River. Y el 17 un fulbito en Qatar, ante Brasil.

El jugador que sale en la tapa de los diarios hasta cuando no juega tiene, como siempre, la pelota en su poder. A su entorno le repite que quiere regresar cuando se sienta pleno, que quiere evitar cualquier posible recaída o lesión muscular producto de la larga inactividad. Por eso, es muy difícil (prácticamente imposible, dicen algunos) que juegue el domingo contra Huracán. Así, el escenario planteado indica que es probable que recién reaparezca frente a Argentinos, una semana antes del superclásico.

“Con Román nunca se sabe”. La frase recorre Casa Amarilla de punta a punta. Es copyright en el cuerpo técnico, médico y hasta en los compañeros. Todos (incluido el protagonista) en el zigzagueante Mundo Boca saben que Riquelme necesita, al menos, dos prácticas intensas y formales de fútbol antes de lucir otra vez la 10. “Todavía no está en condiciones de jugar”, comentan quienes lo ven a diario puertas adentro del vestuario. Hasta ahora, sus trabajos fueron en espacios reducidos, siempre acompañados por la rutina de gimnasio: debe seguir fortaleciendo el cuádriceps, todavía algo debilitado tras la operación en la rodilla izquierda a la que se sometió el 18/5. Riquelme ya contó que ésta es la primera vez en su carrera que se toma “en serio” una lesión y, parece, lo va a cumplir.

Su objetivo es recuperar la sonrisa en el Súper y exhibir un nivel que le permita ser convocado a la Selección. No quiere que su último capítulo haya sido el affaire “códigos” con Maradona, que lo privó de disputar (por decisión propia) el último Mundial de su carrera. Ahora, lo motiva poder estar contra Brasil, en un encuentro de alta gama y despedirse en la Copa América del año que viene que se disputará en Argentina. “Me tengo que poner bien porque el técnico de la Selección me necesita, je”, suele bromear entre sus íntimos. Con Batista lo une un lindo recuerdo de la medalla dorada conseguida en Pekín 2008. Más de una vez Román reconoció que se sintió cómodo con Checho y ponderó su habilidad para manejar una Ferrari y no chocarla.

La excursión a Qatar será el miércoles 17. Y si bien la mayoría de los convocados serán del exterior, no hay una reglamentación que impida citar futbolistas del torneo local. Román cree que contra Brasil puede demostrar su positiva influencia en un equipo.

Riquelme es un experto en clásicos (ver aparte). Cuenta con la valorada capacidad de exponer sus mejores virtudes en los momentos calientes. Para no aburrir con largas historias en las que fue genio y alma del equipo, como muestra, el último botón: en el Clausura sus apariciones eran esporádicas, a veces irrelevantes, otras ordinarias, hasta que se cruzó con River y explicó, jugando, por qué Boca le firmó un contrato millonario por cuatro años.

Si vas al casino, én ésta sí podés apostar: jugale una fichita al 10 más clásico. No te va a fallar...

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