Marino, viejo nomás". Si el grito del Coco cuando Guille metió el doblete ante Argentinos respetara su estirpe burrera, entonces habría que decir que el volante ganó varios puestos en una sola carrera. La práctica ayer lo certificó: el goleador del domingo fue para el lado de los más titulares. Gaitán, de arranque en el debut por el torneo, jugó para los suplentes. Conclusión: así se debaten los lugares en este Boca de buenos pies en el medio. Un gol, dos, unos minutos, son capaces de torcer una historia.
En un partido que no tuvo a los que jugaron más de un tiempo ante Argentinos, Marino fue parte de la línea de volantes con Medel, Rosada y Riquelme. Jugó por izquierda, se entendió bien con Román, compartió algo más que los botines y hasta casi mete otro gol de cabeza. Gaitán, del otro lado, se movió prácticamente como él. Un indicio claro de que la condiciones de ambos se han invertido. Nico hasta se fue del entrenamiento sin ganas de hablar.
Eso sí, los dos goles del domingo no le alcanzarán a Marino para ser titular en el Boca de memoria. Ya lo dijo el Coco: prefiere jugar con Riquelme e Insúa juntos a dejar uno en el banco. Pero lo que Guille se ganó es el derecho a ser el primer reemplazante de Román o el Pocho.
En ese sentido, si bien ayer jugó por la izquierda, Marino parece mejor sustituto de Riquelme que de Insúa. Y por una razón de recorrido. Aunque al Pocho le cuesta, su vértigo se lo permite, lo intenta. En cambio, Guille es un jugador con más pausa y toque, y ayer reconoció que el esfuerzo que hace su compañero sobre la banda es difícil de cumplir.
A pesar de que los más titulares merecieron algunos goles (formaron con García; Alfonso, Sauro, Forlin, Monzón; Medel, Rosada, Marino, Riquelme; Noir y Viatri), la mañana terminó 0 a 0. Pero más allá de eso, alguien ganó. Y fue el chico de los botines azules que no es Riquelme...
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