sábado, 18 de junio de 2011

Boca empató y quedó fuera de la Sudaméricana, y redondeó un campeonato muy opaco.


Gusto a nada dejó el partido ante Gimnasia para Boca. Porque el objetivo de este pésimo equipo, aunque sea una burla por su rica historia, era clasificarse a la Copa Sudamericana y ni eso consiguió. ¿Por qué? Porque entró dormido y a los 10 minutos perdía 2 a 0. Sólo los miedos del conjunto platense hicieron posible que el equipo de Falcioni iguale con dos goles de Cellay. Lo más destacado fue que Martín Palermo jugó su último partido como futbolista profesional.

Poco menos que vergonzoso fue lo que hizo Boca en el primer tiempo. Porque entró más dormido que de costumbre, y eso ya es mucho que decir porque lo de la defensa xeneize estuvo al borde ser amateur. Un foul de Cellay derivó en un tiro libre de Graf que abrió el marcador gracias a una floja respuesta de Lucchetti. Ni terminó de festejar tripera el primero y llegó el segundo. Luego de un corner en el que Boca no marcó a nadie y un remate de Capurro terminó en una mano de Insaurralde. Penal y gol del Mellizo Barros Schellotto.

El trámite del partido hacía que todos los caminos conduzcan a un tremendo desenlace. Boca jugaba como si fuese entrenamiento y un Gimnasia limitadísimo hacia estragos gracias a las facilidades que daba la defensa: sobre todo Monzón y Cellay. Pero como el Lobo está acostumbrado a sufrir un cabezazo del ex Pincha puso el descuento para un equipo que lejos estaba de ser un equipo.

Así se fue al complemento. Y para enojarse aún más, los resultados hacían que River juegue la Promoción y libere un cupo más para ingresar a la Copa Sudamericana. Ni eso pudo levantar el ánimo de un Boca que mostró una anemia emocional tremenda. Falcioni quiso disimular su poca audacia con un exceso de delanteros y el equipo terminó con Riquelme, Chávez, Mouche, Palermo, Viatri y Noir… Y no patió al arco. El empate de Cellay solo sirvió para amargar a Gimnasia y mandarlo a jugar un desempate con Huracán para jugar la Promoción.

Nos reímos de River, sí, para no llorar por nosotros mismos…

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