sábado, 4 de diciembre de 2010
Luego de una operación que puso en riesgo su carrera, Pampa Calvo vuelve a concentrarse con la Primera tras 24 meses:
“Nunca voy a bajar los brazos”.
No muchos salen de lo que pasó José María Calvo. Menisco, ligamento, osteocondritis y el eje de la pierna corregido. Antes de la última operación, le avisaron que había riesgo de que no volviera a jugar. Pero el Pampa ya reapareció en Reserva y ahora, después de dos años, volvió a concentrar para un partido de Primera. “Estoy contento. Después de tanto tiempo, de tanta incertidumbre, de momentos en los que veía que la cosa no iba bien, esta citación me puso feliz, porque me da esperanzas, más empuje”, dice el lateral de 29 años.
-¿Cómo sobrellevaste el tiempo sin jugar? -Me hizo muy bien sentirme querido por todos. Todos se preocuparon por mí y eso me reconfortaba y me daba nuevas fuerzas.
-Cuando te explicaron los riesgos de la operación, ¿qué pensaste? -Cuando Jorge (Batista) me explicó el riesgo que se corría si la cirugía no funcionaba, le dije inmediatamente que hiciera lo que pensaban. No dudé porque interiormente sabía que había que hacer algo porque la rodilla me molestaba mucho para correr. Debía resolverlo y le metí el pecho y fui para adelante. Y hoy, después de tantas dudas y de tanto esfuerzo, estoy a disposición del técnico.
-¿Cómo es volver a concentrar con Primera después de tanto tiempo? - Hace un tiempo que vengo mejorando, sintiéndome mucho mejor en los partidos de Reserva. En estas circunstancias es cuando sentís que tanto esfuerzo valió la pena.
-¿Cuál es el objetivo? -Mi intención es terminar este año lo mejor posible, y aprovechar estas posibilidades para luego encarar la pretemporada con todo en busca de ganarme un lugar en el plantel. Nunca voy a bajar los brazos.
-¿Vas a seguir en Boca después de diciembre o buscarás otro club? -Estar en Boca es difícil. A mí me tocó estar tanto tiempo afuera que no da para andar fijándose si juego en un lado u otro. Lo importante es estar y sentirme nuevamente jugador.
-Llevás toda una vida acá, en este club...
-Llegué a Boca con solo doce años y hasta viví en La Candela. Gracias a Dios me tocaron vivir instancias maravillosas y ahora que las cosas no están bien, no hay que bajar los brazos para que en algún momento se revierta la situación.
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