El mejor Riquelme coincidió con la última etapa de Clemente Rodríguez en el club. En realidad, hablar de coincidencias o casualidades sería injusto: los dos hacen un dupla letal, a pesar de sus posiciones. Cuando el lateral se fue, después de coronarse campeón de la Libertadores 2007, ni Boca ni tampoco Román volvieron a jugar igual. Fue la última mejor época de ambos. Ni con Morel Rodríguez ni con Monzón, Riquelme volvió a encontrar un lateral por la izquierda que entendiera su juego como el pelado. Aquel recordado gol a Vélez por esa Libertadores es un botón de muestra: Román (¿aún conservará la foto de Clemente pegada en su armario?) tocó al vacío, de memoria, sabiendo que él iba a estar allí. Y estuvo, y celebraron juntos aquel gol. Y, más tarde, la obtención de la última Copa que ganó Boca...
Pero Clemente no sólo le soluciona problemas a Román, sino también a Borghi y a su esquema con tres atrás. Su doble función (puede ser lateral o volante) y su capacidad para jugar con los dos perfiles, le aliviará la búsqueda de carrileros al DT, algo que hasta ahora no encontró. Con Clemente tendrá variantes.
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