sábado, 7 de agosto de 2010
Bichi insistió con instrucciones a Méndez y Giménez
Los externos que son clave en el esquema para asistir desde afuera a los 9. Ambos llegan con poco ensayo.
Llegá Mati que te necesitamos!”.
Todo es dividido por líneas. Los delanteros trabajan primero, enganches incluidos. Después les toca a los defensores, sólo los marcadores centrales. Y por último entran los volantes, con los carrileros entre ellos. Claudio Borghi, técnico que no suele hablar de más durante los entrenamientos, hace una excepción cuando tiene ante sus ojos a la línea que más le preocupa: el mediocampo. Y dentro de esa línea, les apunta a los carrileros. A Jesús Méndez y fundamentalmente a Matías Giménez, ambos titulares en el debut de mañana en Mendoza.
Aunque en principio esos lugares estaban reservados para otros jugadores, Borghi se encontró con un gran problema sobre la hora. Fabián Monzón sólo hizo movimientos físicos y se va para Europa, Clemente Rodríguez recién va a estar disponible para la segunda fecha; lo de Gonzalo Fierro todavía no se cerró, y al otro en el que había pensado para esa posición, Damián Escudero, no llegó a probarlo por la lesión que sufrió no bien llegó al club, además de que lo utilizará de emergencia como enganche. Entonces, tuvo que enmendar de urgencia los carriles. “¿Si Méndez y Giménez están dando una mano? Jesús sí, porque no es su puesto, pero Matías no porque lo pensamos para esa función, está trabajando físicamente para hacerlo. Sólo que es un carrilero más para adelante que para atrás”, explica el Bichi.
Sabe el técnico que jugar con dos número 9 no sirve de nada si nadie llega por afuera, si no cae un centro al área. Entonces, la insistencia durante el trabajo táctico a Giménez: “¡Llegá, llegá!”, reclama. “Velocidad, velocidad”, también pide. Un volante recibe de espaldas en la medialuna, toca para otro que viene de frente y de ahí nace el pase profundo, para que uno de los que van por afuera defina de primera.
Y está claro que en ese movimiento por el carril, Giménez se siente más cómodo que Méndez y que después de la jornada de trabajo se lleva en su bolsito todas las indicaciones de Borghi. Y si le quedaba alguna duda, antes de irse al vestuario, el DT se le acercó, le dio las últimas instrucciones y le confirmó la titularidad.
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