martes, 31 de agosto de 2010

"Yo los notaba convencidos. Si mi discurso no tenía fondo, me hubiese ido...".



La realidad es que me quise hacer el Brad Pitt y salí a la cancha con un buzo livianito. Cuando llegué al banco, por la humedad que hay ahí, tuve que pedir una campera. Es la misma con la que practico todos los días. Así que ahora veremos...". Es cierto que Borghi suele mantener el buen ánimo incluso en los malos momentos.

Pero el día después del triunfo con Vélez lo encontró, sin dudas, con otro tono de voz y acaso con este relato simpático que describió su semblante.

Si la campera azul que el domingo utilizó casi de casualidad seguirá o no como cábala, se sabrá el sábado ante San Lorenzo. De lo que sí está seguro el Bichi, por estas horas, es que sus jugadores le respondieron como él quería. "Ellos jugaron para el cuerpo técnico.

Fue una muestra de respaldo, de confianza en lo que venimos haciendo. La verdad es que estoy muy contento", dijo.

Ese punto, sin dudas, es lo que más satisfacción le dio al cuerpo técnico, incluso por encima de la victoria. Al fin y al cabo, el 2-1 fue una consecuencia de lo que mostraron en la cancha sus jugadores. "La actitud es una cosa que tiene que estar siempre, no debe sorprender. Pero yo les dije en el vestuario que con Vélez podían haber perdido o empatado, que yo me hubiese quedado conforme igual, por la manera en la que se dejó todo. Ayer hubo momentos individuales muy buenos y colectivamente también", contó en el programa de Tití y Benedetto, por Fox Sports. El domingo no había dado la conferencia de prensa. Apenas había dicho algunas palabras en el sitio oficial del club, "porque en las victorias es muy fácil hablar".

De todos modos, ya más relajado y sin perder la chispa habitual a pesar de haberse dormido a las cuatro de la mañana del lunes ("Siempre me pasa eso después de los partidos"), el Bichi dejó en todo momento la sensación de que se fue una semana en la que la pasó realmente mal y que ahora viene otra, ésta, en la que el panorama ya pinta diferente. "Cuando llegué a casa le dije a mi mujer que íbamos a poder salir a caminar juntos sin que la gente me diga que había que ganar.

Igual, agradezco el apoyo del hincha, que siempre fue respetuoso". En ese sentido, el domingo dijo haber comprobado que "la Bombonera late", por el aliento y el empuje que el hincha le dio a su equipo.

Claro que, fundamentalmente, fue la reacción de sus hombres la que alejó los fantasmas que él mismo instaló después de la derrota ante All Boys y que ayer, de alguna manera, volvió a mencionar.

"¿Que los jugadores dijeron que nos debían una victoria? Son mensajes importantes. Pero yo los notaba convencidos. Si los hubiese visto dudar, si no los hubiese visto entrenarse como lo hacían, y si mi discurso no hubiera tenido fondo, me habría ido. Pero esto es lo que me hace quedarme en los momentos feos. No les estoy vendiendo sueños imposibles de cumplir, sino cosas que pueden hacer y que incluso ya hicieron en otros equipos. Esto nos permite seguir ilusionados en que podemos estar entre los primeros", se entusiasmó.

De hecho, aunque ahora deberá esperar por la lesión en la mano de Matías Giménez, el Bichi respaldará contra San Lorenzo a quienes lo respaldaron a él: "Si están todos bien, repetiré el mismo equipo".

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