lunes, 28 de noviembre de 2011

El Flaco, se convirtió en el jugador de Boca más veterano en hacer un gol.


Encima tiene ganas de seguir seis meses...

Si veo que no paro a nadie, me voy solo”. Rolando Schiavi es así. Sencillo. Claro. Contundente. Como mete pierna en cada cruce, también lo hace cuando habla y analiza. Llegó a Boca para darle un cierre a su carrera y evitó la humareda. No le hacía falta. Puso la cara y sus 38 años (casi 39) se convirtió en el jugador de Boca más veterano en hacer un gol. Vaya destino, hoy el fútbol argentino lo encuentra ahí un nuevo título, en un nivel superlativo y, ante la ausencia de Riquelme, como el símbolo del equipo, capitán, líder carismático y futbolístico. Entonces esa ovación que se reiteró antes, durante y después del partido es el resumen más perfecto de lo que ha hecho el defensor en apenas unos meses. “Siempre la gente me ha demostrado mucho cariño y para mí es un motivo de orgullo”, exteriorizó Rolo con una mueca de sensibilidad, la que lo llevará en estos días a seguir seis meses más.

Schiavi palpó ese apoyo popular y lo manoteó con un enorme agradecimiento. Cuando se acercó a patear el penal, la tribuna se vino abajo. Sus compañeros también le dieron un enorme espaldarazo a ese hombre curtido que había fallado un penal ante Vélez. “Por suerte me tuvieron confianza y eso es algo importante”, contó con humildad. Así es el Flaco. No tiene fecha de vencimiento. Este Apertura lo mostró intacto, maduro y combativo, determinante para apuntarla una defensa que en el torneo pasado había sido el blanco de las críticas, un tipo que potenció a sus compañeros. Por eso desde Ameal hasta Beraldi aprovecharon el clima político para tentarlo con la continuidad. En una encuesta de la web de Olé, Schiavi fue elegido como el mejor jugador del campeonato. Pero él está en otra: “Hay que pensar en Banfield, nos falta un paso más, falta uno más”.

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