sábado, 27 de noviembre de 2010

Ante la ausencia obligada de Battaglia, ingresa Erbes. “Lo miro todo el tiempo para copiarlo, afuera y adentro”


Solía repetir Borghi: “No parece, pero Pichi está en todos lados”.

Cristian Damián Erbes tiene la extraña condición de resaltar cuando no se lo ve. Es la famosa “figura” que la cátedra sólo observa en cancha, en vivo y en directo, porque la pantalla del televisor devuelve planos cerrados, pegaditos a la pelota, dificilmente aptos para descubrir las virtudes de este volante central.

El pequeño Battaglia ya se lo llama en los recovecos de la Bombonera y aunque la comparación lo pone colorado, también lo enorgullece. “Seba es mi referente, el jugador al que siempre estoy observando para intentar copiarlo, tanto fuera como dentro de la cancha”, reconoce Pichi, quien mañana será titular, justamente, porque el dueño de la 5 debe cumplir una fecha de suspensión. “No es fácil entrar por tu ídolo”, titula.

-¿Por qué es tu ídolo? -Uno ve cómo se entrena, cómo se sacrifica y ésas son las cosas que lo hacen grande. Es un ejemplo para los más chicos. Siempre soñé con compartir un plantel con él y por suerte se me dio.

-Battaglia siempre destaca la importancia del entrenamiento invisible...

-Obvio, eso es fundamental. Y sé que también tengo que copiar eso. El entrenamiento no termina en el club, sino que sigue con la comida, con el descanso... Todas esas cosas que hacen que uno esté mejor en el día a día y que después te llevan a rendir mejor en los partidos.

-¿Y cómo es jugar sabiendo que el próximo partido seguramente tengas que volver al banco? -Uno siempre tiene que demostrar que está para cumplir esa función. Por más que Seba sea mi ídolo, me quiero ganar el puesto.

El aplomo que transmite Erbes (20 años) durante la charla con Olé es similar al que exhibe en la cancha, más allá de que en este campeonato sólo haya tenido 373 minutos de acción: “Es cierto, jugué poquito, pero siempre trabajo para tratar de demostrarle al técnico que sea que estoy para entrar”.

-¿Pero también te asumís responsable del mal momento o sólo es cuestión de los referentes? -Todos somos responsables. Siempre se enfocan en Riquelme y en Palermo, pero acá estamos todos en el mismo barco.

-¿Y qué objetivo tienen en los cuatro partidos que quedan? -Queremos cambiar la imagen. Pensábamos que íbamos a salir campeones, estábamos todos convencidos, pero nos salieron mal las cosas. Ahora tenemos que tratar de jugar bien y ganar todos los puntos que quedan hasta fin de año.

¿Cambia mucho lo que te pide Pompei de lo que pretendía Borghi? -Los dos me piden que sea el equilibrio del equipo.

-El equilibrista, como le dicen a Battaglia...

-Sí, pero todavía me falta mucho para ser como él.

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