martes, 21 de septiembre de 2010

El optimista del gol.


Lo de Palermo es admirable. Salió de las malas y es un gran goleador, el mejor cabeceador.

Palermo es un gran goleador, es el mejor cabeceador que vi en mi vida, aunque justo contra Colón no la haya metido de esa forma. Sin embargo, ésa no es su mayor virtud. Lo más admirable es su fuerza de voluntad, cómo se repuso de las graves lesiones que tuvo. Y también su optimismo sin límites. Palermo no tiene vergüenza, no le importa el qué dirán y por eso saca ventaja sobre jugadores que lo superan técnicamente. Después de los goles, contra Colón tiró un par de tacos que no le salieron, pero si no lo intentás... A Palermo podés darle un contrato por 20 años y te lo firma sin dudarlo. Eso no se compra, es una forma de ser positiva en el fútbol y en la vida.

Por supuesto que, para ser el goleador que es, para haber convertido semejante cantidad de goles, durante varios años contó con un equipo que jugaba a desbordar y tirarle centros a él. Ojo: esto no es peyorativo ni le quita méritos. Lo hacían porque ésa era la forma más fácil de llegar al gol, porque él tiene virtudes de las que otros carecen, como la tranquilidad para manejarse en el área y definir las jugadas.

Con respecto a su récord, es cierto que está a ocho goles de los que marqué yo, pero también hay que tener en cuenta la cantidad de partidos en los que los convirtió, que es un detalle que no todos miran.

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