Su vozarrón pide lo que buscan todos. "Goles, goles, goles... Vamos, quiero goles", fue el aliento del Coco a su troupe de delanteros y volantes ofensivos. Es cierto, con Palermo ya hay una garantía de que algo o mucho de eso va a tener, pero por las dudas Basile insiste en mejorar este aspecto en las horas previas a su redebut oficial ante Vélez, por la Sudamericana, justo ante el equipo menos vencido del torneo pasado (13 goles). Acaso porque ese delantero con gol no llegó ni (parece) llegará, es que Alfio quiere afilar la puntería de los que están. Fue así, entonces, que llenó la mañana de Casa Amarilla con ejercicios de definición. Y de cara a un arco poco convencional, recortado, buscando que los remates fueran a los rincones o a los ángulos.
Para eso ordenó que en el arco se pusieran dos elásticos que bajaban del travesaño al piso. Y el gol sólo era válido si la pelota entraba entre dicho elástico y el palo, separados por un metro y medio de cada lado. De esta manera, obligaba a los jugadores a esquinar sus remates, a tener precisión, puntería y sensibilidad. Si la pelota tenía la dirección buscada, en el 90% de los casos era gol, ya que los arqueros pocas veces llegaban a ese lugar. Así fue que el Coco festejó varios de esos buenos remates. Principalmente, de Mouche, Noir y Marino, quienes se destacaron en este ejercicio que también tuvo a Pocho Insúa, Gaitán y Philippe. ¿Y Palermo y Viatri? Goleadores natos, de capacidad probada, estuvieron en el otro frente del campo, exigiendo a la parte defensiva al mando del Ruso Ribolzi.
A los que trabajaron con él, a quienes les pidió tener más gol, el Coco les exigió de todo: definición con enganche para adentro (ante jugadores que hacían marca sombra, como Rosada, Leo Díaz, Sauro y Forlin), con enganches para afuera, con gambeta para uno u otro costado, de zurda, de derecha. Pero la condición no negociable eran los remates al rincón. "Bien, golazo", "Dale, dale, buenísima", alentó el DT a sus players. La gira, de alguna manera, si bien mostró un saldo favorable en resultados, también le dejó la sensación de que si el equipo logra tener más gol, la historia puede ser otra. De hecho, hasta el último partido del tour europeo sólo un delantero había convertido (Viatri al Milan). Recién en el choque despedida aparecieron Mouche y Palermo. Y de los volantes ofensivos, sólo el Pocho le había dado una alegría (el 1-2 ante Manchester).
Por todo, Basile busca mejorar la puntería de su dream team. Y si los gritos no vienen de afuera, pues entonces quiere conseguirlos adentro. Hasta le dedicó un tiempo a la definición por penales (que ganó Insúa, quien convirtió tres de tres), para no perder la práctica teniendo en cuenta que el pase de ronda en la Copa Sudamericana también puede definir por esa vía. "Goles, goles, goles", pidió. Al menos ayer, tuvo para gritar...
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