sábado, 14 de mayo de 2011

Román está bien, hizo fútbol y le cambió la cara a un equipo que suele sufrir hasta en los entrenamientos.


Con él, los titulares atacan mejor y descansan con la bola.

Hay una buena noticia para los hinchas de Boca: los cuidados hicieron su efecto y entonces Juan Román Riquelme podrá jugar contra River. Un motivo para estar feliz. Porque Boca es otro equipo con su número 10. Más allá de la decisión de Falcioni de cambiar el esquema de juego cuando Román no está en la cancha, lo cierto es que sus compañeros también sienten en su nivel y forma de juego su presencia.

Basta con realizar una comparación entre las dos prácticas de fútbol de la última semana, una con y otra sin (ayer fue un 3-0 cómodo contra el 4-3 apretado del jueves). Las diferencias fueron notorias: con Riquelme, el equipo le da otro sentido a la tenencia de la pelota y los ataques, sin incrementarse, son más profundos. Los laterales tienen más participación y Chávez y Colazo, sin la responsabilidad de ser generadores, se lucen más. Lo sorprendente es que, con la ausencia de Román, el equipo también se resiente mucho defensivamente. A ver: por un lado, se generan más espacios en el mediocampo (Somoza y los externos se adelantan más) y la línea defensiva deja traslucir algunas fragilidades porque no termina de cerrar a espaldas de los volantes. Y fundamentalmente, nadie la tiene tanto como Román, nadie hace descansar al equipo tanto como él: lateralizando, asegurando la pelota en vez de dividir. Cuando la bola pasa por sus pies, los demás respiran y se acomodan.

Esto no se ve solamente en los ensayos, claro. Basta con utilizar como ejemplos los últimos dos partidos en los que Román tuvo que abandonar el campo de juego. Frente a Independiente, desde su ausencia (salió promediando el segundo tiempo) el equipo rival se adueñó del balón y el partido se terminó jugando en campo xeneize. Contra Argentinos, el enganche sufrió una contractura y no salió a jugar el segundo tiempo. Eso significó que, luego de un primer tiempo de dominio del conjunto de Falcioni, Boca pasara a jugar de contragolpe y los de Troglio tomando la iniciativa.

“Riquelme está bien, él ya quería hacer fútbol ayer, pero le dejamos tomar un día más. Conversamos un ratito y quería que estuviera más seguro, más tranquilo y tuviéramos la seguridad de poder tenerlo bien. Por eso, el jueves hizo un trabajo diferenciado, no hizo la práctica de fútbol habitual, en la cual lo que siempre buscamos es más ritmo y parecía innecesario forzarlo, porque viene también de una seguidilla de partidos jugando permanentemente. Hoy participó en un trabajo más corto y lo noto que está bien. Por eso, seguramente mantendremos el mismo esquema que usamos frente a Argentinos”, afirmó Falcioni ayer. Para su suerte y la del equipo, el domingo el 10 estará en cancha.

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