jueves, 5 de mayo de 2011
El burrito aún tiene “fierritos” en la mandíbula. Por la fractura bajó ocho kilos: “Me quedaba la ropa grande”.
Ahora sueña con jugar las últimas fechas...
Algo queda claro tras observar la cicatriz externa (e imaginar la interna), al costado de la pera, de Diego Rivero: el volante tiene más puntos de sutura que los que cosechó Boca en el Clausura. “No sé cuántos fueron, pero la fractura fue doble así que imaginate”, le dice el Burrito a Olé , ya hablando sin dificultad pese a “los fierritos” que aún tiene en su boca, desde hace 45 días, por la doble rotura de maxilar inferior que sufrió en aquel partido ante Olimpo. Mientras se prepara para regresar, cuenta cómo vivió esta lesión que lo dejó out justo cuando empezaba a convertirse en el mejor refuerzo de Boca para este campeonato.
-¿Qué recordás del momento de la lesión? -Que fue un golpe durísimo. Caí y choqué sin querer con Pablito Mouche. Tenía un dolor terrible, corría y sentía que se me movía la mandíbula de acá para allá (hace el gesto con sus manos). Así que en el entretiempo salí y de ahí me llevaron a una clínica.
-¿Te diste cuenta de que era una fractura? -No, aunque me dolía bastante. Nunca me había pasado. Por suerte, me operó una eminencia y la recuperación se está dando tal cual me informaron los médicos.
-¿Y para comer? -Nada. Tenía que tomar líquidos, nada duro para masticar. Por suerte, ahora estoy empezando a comer cosas sólidas, aunque a veces me quedan restos de comida entre los fierritos. Es incómodo, pero la verdad es que me cansé de la sopa y la papilla, ja...
-¿Cuántos kilos bajaste en este lapso? -Llegué a bajar ocho kilos. Un montón. Ahora ya recuperé dos o tres. Pero hace poco no sabía qué hacer con la ropa porque me quedaba todo enorme, ja... Ahora tengo que ponerme bien en lo físico. Hace tres semanas que estoy a full en el gimnasio para recuperar la masa muscular. Y ya empecé a correr.
-¿Tenés el alta? -No para jugar. Pero ya no corro peligro porque una vez que se formó el callo en el hueso, ya está. Aparte, tengo como un fierro en forma de cadena que me sostiene todo. Dentro de poco me lo van a sacar.
-La lesión te llegó en el peor momento: justo cuando eras titular y venías rindiendo.
-Sí, sentía que me estaba afianzando en el equipo, iba ganando minutos... Tuve mala suerte, pero las cosas se dieron así y ahora debo mirar para adelante.
-¿Cómo ves de afuera esta campaña de Boca? -Seguramente que no es el torneo que todos imaginábamos hacer. No se pudo mantener una regularidad en el juego y en los resultados. Estamos en deuda.
-¿Tu idea es ponerte bien para arrancar diez puntos la pretemporada? -No. Mi intención es tratar de jugar los últimos tres o cuatro partidos de este torneo. Al menos, estar disponible para que el técnico decida si me pone o no.
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