viernes, 14 de enero de 2011

El Burrito Rivero firmó su contrato con Boca y bromeó sobre cómo le quedaba ajustada la camiseta. ¿Musculoso yo?


Me comentaron que me prepare que en Tandil los están matando, ja... Ya me asustaron”. Se ríe con ganas Diego Rivero ante la consulta de Olé sobre si se enteró de la exigente pretemporada que está haciendo Boca en las sierras. La sonrisa, en realidad, parece tenerla pegada en su cara. Ya pasó más de media hora de la firma de su contrato en la oficina de Presidencia. Ya pasó un rato bastante largo de todas las vueltas que dio por el club. Primero estuvo en el consultorio médico realizándose chequeos de rutina. Luego se dirigió a Casa Amarilla para finalizar la revisión médica y de ahí partió al primer piso, al sector de indumentaria, para probarse la ropa que utilizará a partir de esta tarde en Tandil.

Olé le acercó la camiseta y se la probó por primera vez. Como debajo tenía una camisa blanca algo gruesa, le preguntó al presidente Ameal: “Parezco más grande, ¿no?”.

Gran imitador de la forma de hablar de Riquelme (según confiesan sus amigos y ex compañeros de San Lorenzo), el Burrito no se cansó de repetir la palabra “feliz”, que tantas veces pronuncia Román, para expresar su estado de ánimo al sellarse su llegada al club. Por la mañana, había evitado las cámaras y la prensa porque faltaba ponerle la firma a su incorporación. “Es un día muy feliz para mí. En los últimos días se venía hablando del tema y yo tenía la ansiedad de que se cerrara todo de una vez”, contó.

En Presidencia se cruzó con Leandro Somoza, la otra flamante incorporación. A diferencia del volante de Vélez, el nombre de Rivero no figuraba entre las cuatro prioridades iniciales de Falcioni, pero al final fue el primero que llegó. “Sí, viste. Yo era del que menos hablaban y acá estoy. Igual, con Somoza y algún otro que llegue, más el plantel que tiene Boca, se armará un lindo equipo. Sé que tenemos la obligación de pelear por el título. Acá hay un plantel bárbaro. Yo los tenía como rivales. Por suerte ahora van a estar de mi lado”, respira.

Del actual plantel dice conocer sólo a Juan Insaurralde. “Con Chaco fuimos compañeros en Chacarita. Es un fenómeno. A los demás no los conozco demasiado pero ya tendré tiempo en Tandil”, se despreocupa. Igual, tiene referencias. Uno de sus mejores amigos en el fútbol es Ariel Rosada. “Seguramente en estos días voy a hablar con Bombón, otro tipo bárbaro”, lo elogia.

La firma de su contrato fue un trámite. Con la presencia de Ameal, de Rómulo Zemborain, secretario general del club, y de Walter Tamer, representante del volante, arreglaron todo para que hoy temprano, Rivero emprenda el camino rumbo a Tandil. “La idea es que llegue para el almuerzo y pueda entrenarme en el turno de la tarde. Ahora, a trabajar. Me voy a matar por esta camiseta”, anticipó. Feliz, claro.

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