miércoles, 12 de enero de 2011
A un mes del Clausura y a horas del debut en el verano, Falcioni insiste con la llegada de los refuerzos.
Erviti sigue enojado con Banfield, Boca se estiró por Somoza y Rivero... El DT debe tener paciencia.
Ya no serán cuatro refuerzos, esos cuatro nombres ideales que les puso sobre la mesa a los dirigentes de Boca. Julio César Falcioni deberá conformarse con alguno (o algunos) menos. Lo sabe el nuevo técnico de Boca. Lo que no le entra en la cabeza es la posibilidad de que no llegue ninguno y, por más que Ameal y Crespi intenten tranquilizarlo, ya anda algo inquieto...
No debe ser fácil para JC ver que Leandro Somoza anda por Punta del Este con Vélez, entrenándose como cualquier otro jugador del plantel de Gareca y que el viernes estaría en un amistoso en Montevideo ante Libertad de Paraguay. Tampoco que la situación de Walter Erviti siga en el aire, sin ir a la pretemporada de Banfield pero lejos de reencontrarse con él. “Mañana (por hoy) vamos a tratar de destrabar las dos situaciones”, dijo Martín Guastadisegno, representante de ambos. Y encima, con el que parecía todo más sencillo, que es Diego Rivero, todavía hay una diferencia de dinero.
Por estas demoras, algo lógico en cualquier negociación, las partes vendedoras empezaron a mostrar cierto fastidio. Como lo exteriorizó Carlos Portell, por las supuestas llamadas telefónicas de Falcioni a Erviti y el faltazo del jugador al comienzo de la pretemporada en la Costa. Y ahora, lo mismo pasa en Liniers. “Boca apenas movió la oferta y está lejos de lo que pretendemos. El viernes le vamos a dar un corte a esto. Se cierra antes de ese día o no se cierra más”, dijeron en Vélez.
Durante el día, a pesar de que el vice Juan Carlos Crespi dejó Tandil para volverse a Buenos Aires a tratar de cerrar alguna incorporación, Boca se comunicó por teléfono y estiró en 100.000 dólares la oferta por Somoza, pero todavía está lejos de los 700.000 que pide Vélez.
Por Erviti, el jugador más deseado por Falcioni, sigue el conflicto. “Yo tengo plena confianza en que se va a quedar, estoy esperando que se sume al trabajo”, dijo ayer Sebastián Méndez, el DT de Banfield. Sin embargo, del lado del jugador, anoche aseguraron que hoy tampoco se incorporaría. “¿Viaja para Mar del Plata”, consultó Olé . “No”, fue la respuesta que dio su entorno, que atribuyó el no viajar al enojo por los obstáculos que le ponen a su salida del club. “Nosotros no tenemos esa información, esperamos que llegue durante el día”, dijo Clide Díaz, el gerente deportivo del Taladro, donde el plantel no habla con la prensa justamente porque todas las preguntan apuntan a este conflicto.
Y por la alternativa para el puesto, que es Pablo Guiñazú, viajarían entre hoy y mañana a Porto Alegre el tío del jugador, Mario Paniego, y un intermediario para presentarle una oferta concreta al Inter.
Es tal la demora en la llegada de los refuerzos que en el entrenamiento de ayer, Pelusa incluyó a Matías Giménez en la formación que saldría a jugar el sábado ante Independiente cuando el zurdo puede formar parte de la negociación con San Lorenzo por Diego Rivero, por quien todavía hay diferencias en el dinero de su contrato. El jugador pretende mantener su contrato de 460.000 dólares, Boca quiere pagar menos y por eso el pase aún no se cerró. Aunque la diferencia ayer se achicó, todavía no se llegó a un acuerdo. Una posibilidad que se maneja para que concrete es que el Ciclón se haga cargo de la diferencia actual, de alrededor de 50.000. “En las próximas horas puede cerrarse”, aseguró Walter Tamer, agente del Burrito.
Falcioni por ahora no tiene a nadie. Falta un mes para el arranque del torneo. Y el tiempo aprieta.
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