Lucchetti debutó con poco trabajo y García mostró seguridad. Borghi le dará un partido más a cada uno. “No quiero perder a ninguno”, dijo el DT.
El arco no tiene dueño. Apenas dos inquilinos que pujan por quedarse con su título definitivo de propiedad. Así lo dispuso el Bichi Borghi apenas asumió como técnico de Boca y lo confirmó, dentro de la cancha, en Brasil. Si alguno pensaba que la llegada de Cristian Lucchetti le quitaría chances a Javier García estaba equivocado.
En el Parque Antárctica, los dos arqueros tuvieron 45 minutos para comenzar a ganarse la confianza del DT y ninguno cedió terreno. El ex Banfield, quien llegó con la chapa de ser pedido expresamente, fue el titular y quien tuvo menos trabajo. Claro, en ese primer tiempo fue Boca quien dominó el partido y el Laucha apenas fue exigido dos veces, con remates bajos. Eso sí, mostró la buena pegada que lo caracteriza y voz de mando para no sufrir ningún altercado con la defensa nueva que paró Borghi. Después, con el score 2-0 y quizá algo de rélax, el complemento mostró a un García impecable. Recuperado de un último semestre lleno de sufrimiento (ayudado por el flojísimo nivel de la defensa), el formado en Casa Amarilla le sacó a Cleiton un remate de media distancia que tenía destino de gol y nunca dio rebotes. “No quiero perder a ninguno de los dos arqueros. Voy a contar con los dos y ya estaba previsto que contra Palmeiras jugaran un tiempo cada uno. Me voy conforme”, explicó el Bichi.
Ahora, con el primer capítulo de este cabeza a cabeza ya disputado, la acción cambiará de continente. Oceanía será la próxima parada y donde se definirá en gran parte la chance de los dos arqueros. “Ellos ya saben que en Australia tienen un partido cada uno”, les avisó el entrenador, dándole otro guiño de ojo a García para que no baje los brazos. Aunque Lucchetti tenga algo de ventaja, el rendimiento será lo que inclinará la balanza.
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