jueves, 6 de enero de 2011

El DT busca que el Mundo Boca no se lo devore como a otros: quiere prácticas sin hinchas y prensa con restricciones.


Abrí la pueeeeerta, Juliooooo...”.

El grito lejano, proveniente de la garganta de un hincha subido al paredón que da a la calle Palos, se escuchó con nitidez en pleno entrenamiento de Boca en Casa Amarilla. En su primera práctica, vedada para los hinchas y con restricciones para la prensa, Falcioni mostró su verdadera cara: como en la cancha, su objetivo afuera es cuidarse, cerrar filas... Según su óptica, una de las claves para tener éxito en el club es achicar el famoso Mundo Boca a la mínima expresión. ¿Un país, una provincia, una ciudad, un pueblo? No. ¡Un vestuario! Intimidad es lo que buscará Pelusa con sus primeras medidas. Si Claudio Borghi dijo, en una frase para la posteridad, que estar en Boca era como hacer el amor con la ventana abierta, ya hay alguien dispuesto a hacer lo imposible para cerrarla.

Fue una mañana distinta en Casa Amarilla. No sólo por la presencia de un nuevo cuerpo técnico, sino por las vallas (para evitar que la prensa circulara libremente por la tribuna) y por unos paneles azules colocados sobre el portón de acceso (para que ningún hincha o curioso pudiera ver de lejos a sus ídolos). Cuanta menos interacción exista entre los jugadores y el mundo exterior, mejor. Esa parece ser una de las máximas de Falcioni, que en Banfield trabajaba siempre con las puertas cerradas.

A diferencia de Borghi, que les daba mayor libertad a sus dirigidos, la idea del nuevo DT es cuidar mucho más la intimidad. Por eso, consensuó con la dirigencia esta serie de medidas para acotar los movimientos de la prensa y que tuviera menos contacto con el plantel. Eso sí, la práctica se pudo observar. “Estuvieron en un lugar cómodo, para que no se mojaran”, explicó luego JC. En realidad no fue así: se dispuso del quincho de la Bombonerita para que la prensa se resguarde de la lluvia que cayó por momentos. Pero desde ahí no podía verse el entrenamiento.

Pese al hermetismo que pretende construir, justo en la época del twitter y de la tecnología puesta al servicio de la información, se pudo saber lo que Falcioni dijo en su primer cara a cara con el plantel, en el vestuario, tras ser presentado por el presidente Ameal. “Nos pidió compromiso en este nuevo ciclo”, contó un jugador. “Nos pidió seriedad y nos dijo que seamos puntuales para llegar a los entrenamientos”, explicó otro. La charla no duró ni diez minutos. De ahí a la cancha.

Sobre las nuevas medidas contra la prensa, Julio César tiró la pelota afuera. “Es algo del club. Se decidió, o la dirigencia del club pidió, que los pasillos internos estén libres y me parece correcto”. Y sobre la prohibición de estar en el playón de estacionamiento, donde los jugadores dejan sus autos, explicó: “Tienen que hablarlo con los dirigentes, no conmigo. Yo no tengo nada que ver”. Los directivos, que saben que Falcioni fue el verdadero impulsor de esas acciones, eludieron pronunciarse públicamente para evitar una polémica o un contrapunto con el flamante técnico. A horas de su asunción, eso sí sería algo que no cerraría...

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