martes, 21 de julio de 2009
Gary Medel le dicen Pitbull, su ídolo es Battaglia y se define como un jugador de canchas
Soy un jugador que mete y mete, habla mucho en la cancha y también se agranda con los rivales. Nunca me dio miedo ninguno.
Fue un técnico de apellido Alegría el que en La Palmilla, una población enclavada en Conchalí, le enseñó que en una cancha de tierra no hay que darle la mano a un rival caído sino mirarlo con dureza. En el Sabino Aguad, su club, Gary Medel corría, iba al piso, metía, sangraba. "En todos los barrios pobres se juega así. Alguna vez me ha sangrado hasta la cabeza", le dice a Olé este volante chileno que suele definirse como "un jugador de tierra" y que, a pesar de la admiración por Riquelme y Palermo, tiene como ídolo xeneize a Battaglia, su compañero a partir de hoy, cuando llegue al país para incorporarse a Boca.
Tenía nueve años y el pelo como el Príncipe Valiente cuando la UC, el club más aristócrata de Chile, que apostaba a sacar jugadores de entre los suyos, decidió empezar a buscar un nuevo biotipo en los barrios y lo encontró a él, un hijo de un jardinero que era número 9 pero en realdad jugaba de todo. "Me llamó la atención lo fiero que era para marcar", recordó Alfonso Garcés, el hombre que lo descubrió y que hasta lo llegó a poner con nenes tres años mayores. Y uno de sus primeros técnicos, Pablo Hewstone, agregó en El Mercurio: "Recuerdo que en un entrevero con un rival, cayó al suelo y para no dejarlo patear al arco le fue a trancar con la cabeza. Era tan entregado que cuando terminaba el entrenamiento yo lo llevaba a ver la franja por donde corría en el lateral y le decía: 'Mirá el pasto, trabajaste muy bien, lo dejaste quemado'".
Ya en la Católica, lo ubicaron en el mediocampo, demostró todo el potencial que le habían visto y avanzó rumbo a la Primera. "Ese es mi pitbull", le dijo una vez Rodrigo Paillaqueo, arquero de Colo Colo, y le quedó para siempre. "En su equipo, juega de 4, de 5, de 8... Y con nosotros, en Chile, lo hace muy bien como stopper por derecha. Tiene una amplia polifuncionalidad y, sobre todo, lo que se necesita para jugar en Boca: carácter", le dijo un integrante del cuerpo técnico de Bielsa a Olé. Y el propio jugador explicó: "Juego en varios puestos, realmente me da lo mismo el lugar de la cancha en el que me ponen...".
Diestro de buena técnica, no se complica con la pelota al pie y le gusta el toque corto. Tácticamente impecable y dueño de una personalidad fuerte, ahora vive con su familia (papá, mamá y hermano) en la elegante zona de Las Condes y es padre de los gemelos Gary Steven e Isaac Alejandro, de cuatro años. "Uno es mejor técnicamente y el otro es más Gary", se ríe ante la conuslta de Olé. Tiene 21 años y los tuvo a los 17 con una chica de 14. Explica que ahora está separado pero más maduro. Ya no llena páginas de la farándula por salir de noche, pelearse con policías canadienses en un Sub 20, quedarse dormido manejando o dar positivo un control de alcoholemia. Hoy se convirtió en pieza clave de su selección y fue elegido como el mejor del 08 por la prensa de su país.
-Estabas con ganas de jugar en Boca...
-Estoy muy feliz de jugar en el fútbol argentino y Boca es uno de los grandes del mundo.
-¿Conocés de la historia de Boca? Hay una larga tradición de volantes con tu estilo de juego...
-Acá toda la gente me dice que soy para Boca. Ahora sólo tengo que demostrarlo, sé que es muy grande y que han pasado jugadores muy buenos, pero estoy súper tranquilo, dispuesto a entregar el 100% allá en Boca, en la la Argentina.
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