martes, 5 de julio de 2011

Falcioni piensa darle a Román la cinta que era de Palermo. Aunque es una decisión lógica, busca armonía para la nueva temporada...


El traspaso de mando se dio varias veces durante el torneo Clausura, cada vez que Julio César Falcioni sacó a Martín Palermo y la cinta de capitán fue a parar al brazo de Juan Román Riquelme. Ahora, ya sin el Loco, el DT confirmó que el brazalete quedará para el 10, en un gesto en busca de paz y armonía para la nueva temporada.

La relación entre JC y JR no empezó bien, pero esta decisión en el arranque de la pretemporada en Brasil lleva a pensar que el técnico quiere darle una nueva oportunidad a la relación. Porque desde la decisión del jugador de no participar en los amistosos de verano y la del DT de sacarlo del equipo en la tercera fecha ante All Boys, se llevaron como perro y gato. Sólo por una cuestión de conveniencia, por el bien común, encaminaron la convivencia y terminaron el campeonato un poco mejor.

Está claro, de todos modos, que el cuerpo técnico de Falcioni tenía una mejor relación con Palermo que con Riquelme. Era habitual ver a Javier Sanguinetti o al preparador físico Gustavo Otero charlando luego de los entrenamientos con el Loco, Leandro Somoza y Cristian Chávez. Con Román, por una forma de ser de él, la relación se veía mucho más distante.

Ahora, esta decisión de Falcioni de elegir a Riquelme como sucesor de Palermo en el mando no es casual. Responde a la búsqueda de armonía, pero también a una determinación lógica, de elegir al más indicado por trayectoria e importancia dentro del club y del equipo. También a que quedó como principal referente, más allá de las presencias de Battaglia y Schiavi. Porque a uno le falta continuidad por las lesiones y al otro que recién acaba de regresar a Boca tras cinco años y medio.

Dentro del campo, sin embargo, se espera ver a Riquelme con la cinta por una cuestión simbólica y por ser el líder futbolístico del equipo; y al Flaco, sin la cinta pero con la actitud y el empuje típico del capitán, incluso en el momento de charlar con los árbitros. Fuera del campo, Román deberá ocupar el rol que dejó Palermo, el de estar pendiente de las necesidades de la totalidad de los juveniles y, llegado el caso, hablar por ellos.

Por lo pronto, aunque no estaba muy convencido de aceptar la oferta, Riquelme llevará el brazalete como lo hizo en el 2008, durante la última lesión de Palermo. Falcioni ya tomó la decisión: el 10 al poder.

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