miércoles, 8 de diciembre de 2010

Viatri se calentó cuando supo que iba al banco y desapareció de la lista de concentrados.


Boca es el orgasmo de cualquier periodista: siempre hay noticias. Y cualquier brisa suave puede convertirse en tornado rápidamente, de la nada, en medio de cierta paz palpable luego de un triunfo que alentaba expectativas de tranquilidad. El caso de Lucas Viatri, al fin y al cabo, es apenas una prueba más.

La historia cuenta que, ya repuesto de su lesión en el peroné izquierdo, el delantero participó ayer de la práctica de fútbol, luego de una semana sin entrenarse a la par del grupo (su último partido fue el 21/11 frente a Arsenal). Así, figuraba en la lista de concentrados que entregó el Departamento de Prensa... Sin embargo, al rato, se supo que no quedaría guardado. Desde el entorno del jugador explicaron que fue el propio Viatri quien le comunicó al entrenador, después de probar, que todavía sentía molestias de la lesión. Sin embargo, la cara de fastidio que puso Viatri cuando supo que sería relegado al banco por la dupla Araujo-Palermo fue indisimulable. Y los que compartieron el final del día de entrenamiento con él cuentan que volaba de la calentura.

Ese desplante sería la causa por la cual Pompei habría decidido excluirlo incluso del banco de suplentes, haciéndole nuevamente un lugar a Facundo Imbert, como contra Quilmes la fecha pasada.

Viatri vive días difíciles.En las últimas horas había alentado expectativas de ser titular porque el propio técnico no sabía si poner a Palermo tres veces en una misma semana (Boca jugó el domingo a la noche y vuelve a hacerlo el próximo lunes). Pero Tito le preguntó al Titán si se sentía en condiciones y recibió la misma respuesta afirmativa de siempre. El 9 siempre quiere jugar, por ambición propia, porque siempre tiene un récord a mano y porque sabe que la competencia que tiene atrás es de calidad. Y ahora no se guarda ni en los entrenamientos (ver El Loco...).

Durante un tiempo, con Borghi, Palermo y Viatri se las arreglaron para convivir y hacer goles los dos (Viatri había arrancado mejor). Pero contra River, en el último partido del Bichi, ya hubo un chispazo: jugó Mouche con Palermo y a Lucas no le gustó salir. Y ahora, él vuelve a ser postergado cuando cree no merecerlo. Está viviendo lo que vivió Boselli. ¿El final será el mismo?

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