domingo, 22 de agosto de 2010
“Es un sueño hecho realidad ”
Borghi lo definió como un tango. Todos lo elogian. El se define como un admirador de Riquelme, Zidane y Kaká y dice que trata de copiarles cosas. Hoy, antes que nada, tendrá que ser Marcelo Cañete (20 años) y ocupar ese puesto que en Boca tiene dueño omnipresente desde hace más de una década. No es poca cosa, no es fácil. “Trato de no pensar que juego por Román”, explica el pibe, seguro y tranquilo, como un jugador de experiencia, midiendo sus palabras y cuidándose de no ofender a nadie en la charla con Olé , antes de su debut como titular en un equipo que necesita ganar sí o sí luego de sacar un punto en dos fechas.
Desafortunadamente para él, el Bichi lo pensaba como titular en el arranque del campeonato pero una lesión en el tobillo sufrida a días del debut ante Godoy Cruz en Mendoza lo postergó, le puso un obstáculo más en su camino. “Me lo tomé con mucha tranquilidad, sin volverme loco. Sé que recién empiezo y que tuve mala suerte de tener esa pequeña lesión, pero nada más”, cuenta. Y enseguida agrega: “Uno trabaja para estar, yo viví cosas y luché, siempre esperé este momento de estar arriba, jugar... Y justo cuando arrancaba me pasó eso. Pero gracias a Dios ya estoy recuperado, me está yendo bien por estar en Primera y que el técnico me tenga en cuenta”.
-Además de esa lesión antes del debut, ¿qué otras cosas difíciles tuviste que pasar?
-Tuve una osteocondritis, fue el momento en el que más la tuve que pelear. Fue muy difícil, llevaba un tiempo largo y la evolución no se veía. Ya había perdido la esperanza.
-¿Cómo manejaste esa situación? ¿Pensaste en que no ibas a volver?
-Me desesperaba, pero con esfuerzo, sacrificio y tranquilidad pude salir de ese momento. Le preguntaba mucho a Battaglia, que había tenido algo parecido. También hablaba con la psicóloga del club. Y mi familia y mi representante fueron importantes para darme tranquilidad.
Marcos y Lucila son sus padres, lleva los nombres tatuados uno en cada brazos (y también se hizo un rosario en el tobillo de la pierna operada). Luis, Carolina y Jorge, sus hermanos mayores. De muy chiquito, el Chelo arrancó en el baby de Lomas de Lugano. A Boca llegó en 1998 y siempre fue enganche. Hasta hace poco, cuando el club le alquiló una casa en Parque Avellaneda, vivía en la villa 20 de Lugano. “El lugar es complicado, pero la gente siempre se portó bien conmigo. Me alentaba, me protegía... Porque sabían que jugaba al fútbol”, dice, ahora que está por cumplir su sueño.
-¿Cómo hacés para no meterte presión?
-No me meto, me tranquilizo, no pienso tanto en las cosas... Trato de entrar y jugar. Es mi trabajo. Trato de no pensar y hacerlo.
-¿Se puede jugar en Primera, en el lugar de Riquelme, como lo hacías en la Reserva, en Inferiores o en el barrio?
-Se puede, se puede. Tenés que estar muy tranquilo para jugar en Primera en lugar de Román. Con mucha consciencia de la responsabilidad que tenés.
-¿Cómo fue jugar en la gira como titular y en los minutos que tuviste con Godoy Cruz y Racing?
-Es diferente a lo que yo estaba acostumbrado a jugar en Reserva. El ritmo es diferente, los espacios son más chicos y tenés que resolver en menos tiempo. Pero con partidos te adaptás a ese cambio.
-¿Con Román hablaste algo en estos días?
-Siempre me habla y me aconseja. Me dice que esté tranquilo, que me cuide y descanse bien, me dice que le meta...
-Vas a salir a la cancha en su puesto...
-Es un sueño salir a jugar en el lugar de Román. Es un sueño hecho realidad.
-¿Y qué te propusiste de ahora en más?
-Mi objetivo máximo es salir campeón y si todo sigue bien, ojalá pueda llegar a la Selección.
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