jueves, 4 de agosto de 2011
En la presentación de su libro, Martín Palermo eligió a los tres mejores asistidores de su carrera: "Guillermo, Palacio y Riquelme"
En la presentación de su libro, Martín Palermo eligió a los tres mejores asistidores de su carrera: "Guillermo, Palacio y Riquelme", tiró. Y también habló del capítulo dedicado a Riquelme.
De impecable traje gris, y de impecable sonrisa, este Martín Palermo que disfruta su vida post fútbol presentó su libro “Titán del gol y de la vida” y, además de contar alguna de las anécdotas que allí se pueden leer, también eligió a los tres mejores asistidotes de su carrera: “Guillermo, Rodrigo (Palacio) y Riquelme, en ese orden”, tiró. Y recordó que “con Guille y Rodrigo nos fuimos a Playa del Carmen. Con Román, no tuve la suerte. Nos gustaban diferentes lugares”, bromeó con una sonrisa pícara, sobre uno de sus grandes rivales en el vestuario de Boca, tema que aborda en uno de los capítulos.
Acompañado por el periodista de Clarín Miguel Bossio, quien guió al goleador para convertirlo en autor de su propia historia, el Loco también aclaró que el tema Román lo trató con mucho respeto: “Mo iba a profundizar en cosas que no fueron públicas, eso lo dejo para mí, porque tengo claro que somos dos referentes importantes para Boca, que esta por encima de todo. Por eso no podemos estar nosotros por nuestras diferencias por encima del club”.
Palermo repasó la historia de su abuelo, también goleador en Deportivo Vieytes, y respiró aliviado porque no ligó el mismo apodo: Ñato. “Me pusieron muchos: Titán, el Loco, San Palermo, San Martín, pero gracias a Dios Narigón y Ñato no quedaron. No eran de mi agrado, je”, bromeó. Y confesó su favorito: Titán. “Yo era muy seguidor de titanes en el ring. Lo fui a ver en La plata, cuando era chiquito, tuve la suerte de ver a Karadagian, a la Momia, al Rubén Peucelle… Y yo siempre me sentí un Titán, del gol y de la vida, como al final elegí ponerlo al libro”.
Sobre sus ídolos, curiosamente, el primero no fue un romperredes sino un arquero: “Es verdad. Mi primer ídolo fue Luis Alberto islas, un arquero, sí. De chico era alcanza pelotas y en esa etapa él estaba en el Pincha, y yo le tenía admiración. Me gustaba el puesto de arquero. Después de un partido el se había olvidado una gorra y se la llevé, pero me la regaló. Fui y le dije “Luis, me firmas la gorra””, recordó. El resto, queda para leerlo en el libro.
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