sábado, 16 de julio de 2011

Después de perderse en los pasillos del estadio, Orión firmó y se fue a festejar en familia. Es cuarto refuerzo.


Que el Mundo Boca es extraño, no es una novedad. Que es difícil el acceso para todas las caras nuevas, tampoco. Y si no, habría que preguntarle a Agustín Orión, que en el día de la firma de su contrato se perdió en los pasillos de la Bombonera tratando de encontrar la oficina de Presidencia. “Es que todo esto es nuevo para mí, je”, contó, divertido, luego de oficializar el vínculo que lo unirá con Boca por tres años.

El arquero llegó al club apenas pasadas las 18.30. Acompañado por Santiago Hirsig, su representante, se acercó hasta la sala donde lo aguardaron Jorge Ameal y José Beraldi, los directivos con los que selló el acuerdo. Allí, finalizaron las negociaciones que comenzaron de manera informal desde el cierre del Clausura y se formalizaron hace una semana, llegando a buen puerto gracias a la predisposición de las partes involucradas. Luego de dos horas de conversación con el presi y el vice, y de dialogar con la prensa, Agustín se fue encontrar con su familia para “festejar“ la primera noche como jugador de Boca. Hoy por la mañana se pondrá por primera vez la ropa xeneize, ya que comenzará los entrenamientos de manera particular (sus compañeros se unirán el lunes, ya que tendrán el fin de semana de descanso).

“Ahora tengo que devolver el respaldo que me dieron desde adentro de la cancha”, dijo Agustín, que sabe que llega luego del pedido y la insistencia de Falcioni. Ahora empieza una nueva etapa en su carrera, en la que demuestra que tiene el objetivo muy claro: “Hay que anteponer lo grupal sobre lo individual. Tenemos que pelear arriba y tratar de ganar cosas“, finalizó ilusionado.

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