jueves, 23 de diciembre de 2010

Entrevista a Falcioni


Falcioni mostró su otra cara: la de un tipo feliz que se permite bromear antes de ponerse serio para hablar de todo. Román, el vestuario, River, el sistema, sus sueños...

"Ojo con criticar. No se puede hablar mal de los colegas y miren que yo soy periodista, eh”.

Así, Julio César Falcioni, rompe solito el hielo de las presentaciones. Se sienta, distendido, apura un cigarrillo que se apagará con gaseosa de un vaso descartable a falta de ceniceros cercanos (o lejanos) y disfruta con las risas que genera. “¿Viste que no soy tan cara de culo?”, redobla la apuesta. El flamante técnico de Boca está feliz, exultante, cumpliendo uno de los sueños de su vida, según confesó un ratito antes en la sala de conferencias. Ahora está afuera, en una charla a solas con Olé y, antes de ponerse serio definitivamente, tiene lugar para una ocurrencia más en la sesión de fotos. El reportero le pide una sonrisa y él se queja: “¡Eh! ¿Más sonrisas?”, interpela, y se ríe con ganas delante de un fondo de papelitos que caen desde un mural.

La queja tiene sentido: a él no lo contrataron para hacer reír ni por su simpatía. Lo llamaron, en cambio, porque es uno de los grandes íconos del trabajo, el orden, la seriedad, la disciplina. Todo eso encarna Falcioni, y él lo sabe, y sabe que su rostro lo transmite. “Cuando trabajo siempre soy así. Muy correcto. Trato de... Soy alegre, eh”. Para probarlo, sin embargo, recurre a tiempos lejanos: “Cuando jugaba y me mandaba alguna, me reía”.

-En Boca se critican hasta los cambios en los entrenamientos.

-Sabemos que cada decisión nuestra se va a potenciar, pero somos cautos y tratamos de tener la menor exposición posible.

-Igual, Boca te cambia cosas. No es tan común verte de traje...

- Dirigí en Vélez y en Olimpo con saco y corbata. Pero con los viajes desde Bahía, hubo que dejarlo de lado. Era una historia. Lo uso según la ocasión, y esta vez me parecía correcto.

-¿La vida no te cambió nada estos días?

-Nada. Estuve un par de días afuera con mi mujer, en los mismos círculos y con la misma gente.

-¿Y la gente?

-Me saluda con cariño. Sé que serán más que en los equipos anteriores que he dirigido, pero en todos lados siempre me respetaron. Nosotros nos hicimos de abajo, desde Inferiores, y para llegar a este lugar, supimos remarla.

-En la década, Boca fue el que más puntos sacó a nivel local y el de más logros a nivel internacional. ¿Eso puede volver en el corto plazo?

-Hubo un trabajo excepcional con Bianchi, con Basile, con Ischia, y se lograron resultados importantes. Ojalá podamos potenciar a este grupo de jugadores, ojalá ellos acepten nuestro trabajo y tengamos el compromiso de todos para llevar a Boca adonde tiene que estar. Sin el aporte de los jugadores, no podemos hacer nada. Somos los que tomamos decisiones, los preparamos y definimos quién juega, pero dentro de la cancha definen ellos.

-¿Por qué hablás de aceptar? ¿Qué tiene de especial? ¿Más exigencia?

-Tenemos una modalidad de trabajo que requiere el máximo esfuerzo todos los días. Nuestra idiosincrasia es sacar lo mejor de todos, todos los días. El fútbol de hoy es diferente al que yo jugaba hace 30 años. La cancha de Boca es la misma pero hay otra exigencia desde lo físico, desde el roce, y tenemos que aprovechar al máximo las virtudes, potenciar a todos.

-¿Qué te pasaba cuando ibas a la Bombonera?

-Me gustaba mucho, siempre me gustaron los partidos importantes, como jugador y como técnico.

-Hay una característica de tus equipos y es el esfuerzo. Se ha visto a un talentoso como Erviti sacando una pelota del área como si fuera el 6. ¿Eso se transmite?

-Eso es el compromiso del jugador mas allá de sus capacidades técnicas, el compromiso por el compañero. Para respaldar a tu compañero tenés que desconfiar de él, y con el compromiso se busca ese respaldo. Una palabra de aliento o una puteada para que se levante, o hacer esos tres metros más por si se equivoca.

-¿Cuánto se parecen Erviti y Riquelme?

-No me gusta comparar. Erviti es un gran jugador, Riquelme es un jugador de excepción. Los dos son jugadores de excepción. Nunca tuve la oportunidad de hablar con Román. Seguramente lo haremos y tendremos su compromiso para que sea el Román que todo el hincha de Boca adora.

-En general, usás un sistema 4-4-2 y ubicaste a enlaces como Erviti y James en otros puestos...

-Si tenemos un enganche natural como Román, trataremos de aprovecharlo. En este torneo, no pudo jugar más que un partido y unos minutos. Queremos que esté bien físicamente para que desarrolle su juego. A Erviti tratamos de colocarlo en la posición donde se siente más cómodo. Y en el caso de James, era demasiada responsabilidad para un chico de 18 años. Siempre pongo por delante el equipo, así los esfuerzos son más cómodos.

-¿Se pueden cubrir los espacios del medio con tres jugadores?

-Sí. En Vélez jugábamos 3-4-1-2, en Olimpo tratábamos de aprovechar los espacios reducidos de la cancha, en Banfield teníamos la estructura para un 4-4-2... Todo depende de los jugadores que tengas.

-¿Desde afuera se ve al vestuario de Boca como a un monstruo?

-El vestuario es de los jugadores en cuanto a su intimidad, a la comodidad, a la relación con compañeros, la convivencia, es fundamental para que cada grupo se potencie en la ayuda de uno al otro. No pretendemos que sean todos amigos, es imposible, pero sí compañeros en la alegría, la tristeza. Y nosotros estamos para ayudarlos en lo que necesiten.

-¿A Boca le falta ser un equipo?

-Eso implica hablar del pasado, y la verdad que prefiero no hacerlo.

-Pero el pasado te puede condicionar. Por la escasa cantidad de puntos de los últimos años, ¿imaginás a Boca peleando el descenso? -No, ni lo pienso. Siempre tengo la ilusión de pelear campeonatos, de ser campeón. Después, depende del trabajo que hagamos día a día y de lo que pase partido a partido.

-Por estilo, ¿te ves como un técnico más vinculado a Boca que a River?

-Desde hoy, súper vinculado a Boca, ja.

-Pero por estilo...

-No, no opino de River.

-Pero con River tuviste varios cruces.

-Varios, varios.

-Como con Cappa...

-Yo trato de respetar a los demás. Para mí, siempre es válido lo que hacen.

-¿Esto es un regalo de Navidad?

-Puede ser un regalo, puede ser una acumulación de méritos del cuerpo técnico, una oportunidad. Ojalá estemos a la altura de lo que Boca exige y quiere.

-Si tuvieras que pedir ahora los deseos...

- Estar bien con mi familia, con mis hijas, seguir teniendo salud. Tener trabajo, que lo tenemos, y un gran año.

-Como periodista deportivo, ¿qué título le pondrías a la nota?

-No, nunca ejercí, je. Pongan el que ustedes quieran sin herir a nadie, que no sea rimbombante, agresivo... A ver, ¿qué título van a poner?

-El mejor parece uno que dijiste solito, aquello de la cara de culo...

-Nooooo.

-Y sí.

Fuente. Diario Olé

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