sábado, 23 de julio de 2011
“Va a ser feo el clásico River-Boca Unidos”
Aunque les deseó una rápida vuelta: “Es divertido jugar contra ellos”.
No hay visita al país en la que no pase por Casa Amarilla. Se fue en 1995, después de jugar un solo partido durante ese año, pero dejó una marca por su decisiva participación en el Apertura 92, el de la vuelta al título de Boca después de 11 años. La cabriola con la que festejaba cada gol, la típica garra boquense a pesar de ser delantero y los duelos con los defensores más ásperos quedaron en la memoria del hincha. Roberto Cabañas, el guerrero guaraní de los noventa, no cambia, y la irreverencia le sale con naturalidad. “Va a ser feo el clásico River- Boca Unidos”, dice a los 50 años, y enseguida se le escapa una carcajada.
Acompañado por su hijo Daniel, delantero de 13 años y 1.82 metro, el paraguayo llegó al país para presenciar la Copa América y para tratar de hacerle un lugar a su heredero en Boca. “El dividió la sangre, la mitad paraguayo y la mitad colombiano. Tiene estilo de un tipo más frío, inteligente, calculador. No es como yo, que era loco. A él no le gustan las peleas, las discusiones, es totalmente diferente”, explica, mientras espera que aparezca Julio César Falcioni. “Fuimos compañeros en el América de Cali, yo gané dos títulos con ellos y jugamos tres finales de Libertadores. Es la primera vez que lo vengo por acá a saludarlo. Deseo que le vaya bien. El público de Boca es muy exigente, mucho no te podés equivocar, no hay tiempo ni posibilidad de proceso. Acá quieren ya ya ya el título, y eso exigen”, aporta su conocimiento de la interna, rodeado de hinchas que se le acercan a saludarlo.
-Se ve que la gente de Boca guarda un buen recuerdo de tu paso por el club...
-Me tratan bien y yo vivo muy agradecido por todo lo que me dan. He puesto a disposición de toda esa gente un pedazo de mi corazón para defender esa casaca que tanto quiero y tanto amo. Entonces, ellos lo reconocen y después de 15 ó 16 años fuera del club, me tienen en sus corazones y yo estoy muy agradecido.
-¿Qué momentos de tu carrera en el club te recuerdan?
-Los partidos contra River, el campeonato que ganamos después de 11 años, ser goleador de Boca en esa época y haber aportado para que el equipo empezara nuevamente a resugir. Los hinchas no se olvidan. Boca se merece eso, que cualquier jugador venga a dar todo por honor, gloria y satisfacción personal, porque es uno de los mejores equipos del mundo.
-¿Y las rivalidades dentro de la cancha?
-Yo casi no recuerdo la parte rival, después de tantos años quedó como una anécdota. Me pegaron duro, yo también he pegado. Ojo por ojo, diente por diente. Ese fue siempre mi lema. Algunos se deben acordar de mí, otros tal vez ni me recuerden...
-¿Cómo te enteraste del descenso de River? ¿Dónde estabas?
-Fue el único partido de River que miré, además del superclásico, claro. Soy sincero: cuando iban pasando los minutos sentía unas ganas terribles de que descendiera, pero después, al analizarlo mejor, me di cuenta de que un campeonato sin River-Boca... Hace mucha falta para el fútbol. Y más para nosotros, los de Boca, porque es una gran diversión jugar contra River.
-Así que en frío, lo pensaste distinto.
-Lógico, no me gusta ese nuevo clásico que se da en la B. Dios quiera que las cosas salgan bien para Boca y para River, para que vuelva rápido.
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