sábado, 23 de mayo de 2009

Mientras busca cómo desprenderse de Ischia, Ameal le pidió a Bianchi que siga de manager pero a la inglesa


¿Cómo lo llamarán acá? ¿Sir Charles o Mister Bianchi? ¿Y quién será el elegido para salir al campo, el DT que acatará sus órdenes? Porque Ischia, no, él ya no será más el entrenador. Señores, ¿se viene el Boca United?

Los pasillos de la Bombonera hablaban desde temprano. Cuando las reuniones Bianchi-Ischia, Ischia-jugadores, Ischia-Palermo, Bianchi-Ameal ya eran parte del agitado día post eliminación, un hincha se cruzó con el presidente de Boca, un ratito antes de que éste ensayara ante los medios un discurso contradictorio que aventuraba el final que precipitó la eliminación de la Copa.

-¿Qué mal, Jorge, no?

-Sí, esto no da para más.

Cosa juzgada: el ciclo de Ischia, para los dirigentes, está terminado. Lo quieren afuera. Ahora, el lunes o en junio, pero afuera. Lo que falta definir es eso, cuándo será el final y, sobre todo, la forma. Porque en Boca quieren que suene a un "acuerdo" de partes. ¿Qué significa? Que no sea una renuncia ni tampoco un despido, más allá de que técnicamente al Pelado lo estén echando. De algún modo, el presidente lo había dado a entender. Del "Boca es respetuoso de los contratos de sus técnicos" al "Creo que Ischia dirige con Vélez", alcanzaba con leer entre líneas.

Sin embargo, lo que a esa altura del día se cocinaba en las oficinas de la presidencia era un pescado más gordo. Con Bianchi presente, Ameal, London (hombre fuerte del fútbol) y Macchi (gerente de finanzas) analizaban el contrato del Pelado para ver la forma de rescindir el vínculo y empezar a elegir su sucesor. A esa hora, el Virrey se mantenía en la postura de no dirigir haciendo valer la cláusula que le impide tomar el cargo después de Ischia. Pero con el correr de los minutos le hicieron entender al manager que la situación económica actual (al quedar tan rápido fuera de la Copa el club se perdió de recibir 2.360.000 dólares), hacían imposible la contratación de un técnico de peso, con nombre, un Alfio Basile por ejemplo, de buen recuerdo en el club y con el temperamento suficiente para manejar un vestuario convulsionado. Fue ahí, entonces, cuando salió la propuesta, la idea: que Bianchi sea el Ferguson de Boca.

¿Qué implica esta figura? Que el Virrey siga teniendo injerencia en la compra-venta, pero también en el armado del equipo, en la táctica, en el manejo del vestuario y en la supervisión de los trabajos de campo, como lo hace Alex (ver aparte). Así, los dirigentes apuestan a cumplir su deseo: que Bianchi vuelva a agarrar el timón y que, al no ser él quien salga al campo, la cláusula quede vulnerada pero de manera elegante.

¿Pero entonces quién sería el DT que entre a la cancha con el equipo? La idea es que sea uno de segunda línea, de suma confianza de Bianchi, de modo que esté dispuesto a aceptar las condiciones de manager-entrenador y a su vez no le represente al club un alto costo. ¿Puede ser el Patrón Bermúdez? No, ya no corre por las duras críticas que alguna vez le hizo a la dirigencia. ¿Alfaro? Los dirigentes prefieren alguien del riñón de Boca y, además, es difícil que acepte someterse a esa posición. ¿Carlos Veglio? ¿El Pepe Basualdo? A no apresurarse, de todos modos, porque Bianchi ni eligió ni aceptó, todavía, este modelo inglés.

Por lo pronto, tomada la decisión de que Ischia no siga siendo el DT ahora o en junio, el plan de los dirigentes es Bianchi o Bianchi, lo que deja en claro que la cláusula firmada con él, para poder tenerlo en el club, fue un formalismo que hoy se convirtió en insólita traba. Disparó Maradona al respecto: "Lo de la cláusula es ridículo. ¿A quién se le ocurre firmarle un contrato millonario a Bianchi y que no pueda ser técnico? ¿Cómo se lo explicás ahora a la gente? Después salen a decir que él es amigo de Ischia, cuando algunos sabemos que no lo son tanto... Por eso, el que arregló esa cláusula se tiene que ir. No se puede andar regalando prestigio".

Por todo, por estas horas, es el Virrey quien está en una situación incómoda. Porque si él avala la continuidad de Ischia y la dirigencia ya tomó otra decisión, ¿no estarían yendo contra su voluntad? ¿Y en ese caso, no debería irse él también? Pero si Ischia sale y él no, en definitiva estaría siendo parte de la determinación, avalando a la CD. Sobre todo si, después, Sir Charles Bianchi se convierte en realidad

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