miércoles, 20 de mayo de 2009
La historia del mas grande
Santiago Sana, Alfredo Scarpatti, Esteban Baglietto y los hermanos Juan y Teodoro Farenga, cinco jóvenes que integraban un equipo de amigos del barrio de inmigrantes italianos de La Boca llamado Independencia Sud, decidieron constituir algo mucho más formal que eso. El sábado 1° de abril de 1905 se reunieron en la Plaza Solís para darle forma al proyecto, y al día siguiente lo hicieron en la casa de Baglietto. Las discusiones sobre el color de la camiseta fueron subiendo de tono y la madre del anfitrión, quien estaba tomando el té con otros matrimonios amigos, les solicitó amablemente que se retiraran del lugar. Los muchachos volvieron a la plaza ubicada en las calles Olavarría, Suárez, Gaboto y Ministro Brin para seguir deliberando. Descartados los nombres de Hijos de Italia y Estrellas de La Boca, Santiago Pedro Sana tuvo el honor de denominar al nuevo club que estaba naciendo como Boca, y le agregó el Juniors con ese toque inglés típico de la época. Pero fue el lunes 3 de abril de 1905 cuando se designó la primera comisión directiva en la casa de los Farenga. Nacía una historia de pasión popular pocas veces vista que perdura y perdurará eternamente en los corazones de una legión de simpatizantes que ya están diseminados por todos los rincones del mundo.
El primer presidente de Boca, elegido ese mismo día, fue Esteban Miguel Baglietto. La Secretaría tomó domicilio transitorio en Pinzón 267 (la casa de los Farenga) pero pocos meses después se trasladó a Suárez 531, y el primer campo de juego fue el mismo que utilizaba Independencia Sud, en Pedro de Mendoza y Colorado (hoy Benito Pérez Galdós). La primera camiseta fue de color rosa pero las cargadas de los otros equipos del barrio hicieron que rápidamente se la cambiara por una blanca con rayas azules verticales que no tuvo gran consenso. Fue así que en 1907 y ya con muchos adeptos y socios del club, Juan Brichetto, que trabajaba en el puente dos de La Boca, vio los colores de la bandera de un barco sueco que entraba al puerto de Buenos Aires (el "Drottning Sophia"). Así fue como se le ocurrió adoptar el azul y el oro para siempre. Al principio, la camiseta era de fondo azul y el amarillo en una franja diagonal, pero en 1913 se modificó para cruzar el pecho de modo horizontal.
Ya había club, cancha, presidente, camiseta y sede pero había que empezar a jugar. El 21 de abril de 1905, Boca disputó su primer partido de la historia. El rival fue Mariano Moreno, al que goleó por 4 a 0, y el equipo formó con Esteban Baglietto; José Farenga y Santiago Sana; Vicente Oñate, Guillermo Tyler y Luis De Harenne; Alfredo Scarpatti, Pedro Moltedo, Amadeo Gelsi, Alberto Talent y Juan Farenga, quien tuvo el honor de haber convertido el primer gol del club. Sin embargo, recién en 1908 se inscribió en la Liga Oficial (en Segunda División) de la Argentine Football Association, y el 3 de mayo jugó oficialmente por vez primera ante Belgrano, a quien derrotó por 3 a 1. El primer gol lo marcó Rafael Pratt. El debut internacional había sido el 8 de diciembre de 1907 contra Universal de Montevideo, en Buenos Aires, y la primera salida del país fue para jugar la revancha, en la capital uruguaya, el 4 de octubre del año siguiente.
El club fue creciendo a pasos agigantados y la cancha quedó chica. Comenzaba un peregrinar de campos de juego hasta que se decidió alquilar un terreno detrás de las carboneras Wilson, en Wilde. Pero esto no hizo más que alejar a los hinchas y 1200 socios dejaron de pagar. Recién en 1916 Boca volvió al barrio de origen. Anteriormente, en 1913 logró el Ascenso a Primera División, lugar del cual no salió nunca más. Los resultados deportivos comenzaron a darse de manera exitosa y en 1919 se consagró campeón por primera vez. Los títulos se repitieron en 1920, 1923, 1924, 1926 y 1930, pero en 1925 se le otorgó el de Campeón de Honor luego de aquella histórica Gira por Europa. El 4 de febrero de ese año el plantel compuesto por 17 jugadores se embarcó en el Vapor de la Carrera rumbo a Montevideo en donde el transatlántico Formosa los trasladó hasta el Viejo Continente, arribando 23 días después. Bastaron 19 partidos, la mayoría en España, con 15 triunfos para que fuera escrita la primera página de las tantas gloriosas que tiene el club.
En 1931 comenzó la era profesional y Boca ganó el primer campeonato disputado. Luego obtendría el primer bicampeonato de nuestro fútbol al ganar los títulos de 1934 y 1935. En la década del cuarenta conquistó los títulos de 1940, 1943 y 1944, estos últimos dos con un equipo plagado de estrellas como Ernesto Lazzatti, Mario Boyé o Natalio Pescia, entre otros. Además, el 25 de mayo de 1940 se inauguró la Bombonera. Sin embargo, en 1949 Boca se salvó milagrosamente del descenso, cuando en la última fecha consiguió igualar los puntos de Lanús, con quien tuvo que jugar un partido de desempate. El 5 a 1 final lo mantuvo en la categoría.
Los 50’ no fueron muy buenos y solamente se logró el campeonato de 1954 con "Pepino" Borello como mayor exponente futbolístico. Pero la década del sesenta se vistió de azul y oro. El 9 de diciembre de 1962 fue una tarde mágica. Boca le ganaba 1 a 0 a River en nuestro estadio, cuando Antonio Roma le atajó el famoso penal a Delem y con ese marcador final logró superarlo en la tabla para, una semana más tarde, dar la vuelta olímpica. En 1963 disputó por primera vez la Copa Libertadores y llegó hasta la final, pero el Santos de Pelé pudo más y lo dejó en las puertas de la consagración. En 1964 ganó el torneo local y en 1965 repitió -otra vez ganándole a River en la anteúltima fecha cuando éste le llevaba un punto de ventaja-. En 1969 empató con el equipo de Núñez 2 a 2, con los recordados goles de Norberto Madurga y dio la vuelta olímpica en el Monumental. Ese año, además, se quedó con la Copa Argentina. El Nacional del 70’, ganado por Boca otra vez en el estadio de River al vencer a Rosario Central en la final, se podría incluir en esa década privilegiada.
El primer lustro de los setenta no fue nada auspicioso en cuanto a resultados, aunque sí lo fue por la aparición de jugadores surgidos de la cantera con un nivel futbolístico extraordinario. Osvaldo Potente, Marcelo Trobbiani, Alberto Tarantini y Enzo Ferrero, entre tantos otros, fueron descubiertos por el ojo avizor del "Nano" Gandulla. Pero lo mejor estaba por llegar. Con el arribo de Juan Carlos Lorenzo se inició un ciclo brillante e inolvidable. El bicampeonato del 1976 fue el prólogo de los primeros títulos internacionales del club, cuando en 1977 y 1978 se consiguió la Copa Libertadores. El broche de oro fue la Intercontinental ganada en Alemania el 1° de agosto de ese año.
A pesar de la llegada de Diego Armando Maradona, quien colaboró para obtener el Metropolitano del 81’, la década de los ochenta fue bastante pobre, no sólo a nivel deportivo sino en cuanto a lo institucional. En 1984, el club fue intervenido y el estadio clausurado. Antonio Alegre y Carlos Heller fueron designados presidente y vice por el interventor Federico Polak, en enero del 1986, y salvaron a Boca de la quiebra económica. En 1989 se despidió la década ganando la Supercopa.
A comienzos de los 90’ se logró la Recopa, la Copa Master –en 1992-, el Apertura de ese mismo año y la Copa Nicolás Leoz en el 1993, pero hubo que esperar hasta 1998 para que Boca ingresara en una etapa gloriosa que perdura hasta el presente. Carlos Bianchi, quien fue contratado por Mauricio Macri, el presidente de ese entonces, comenzó una nueva era de títulos. Dieciocho en diez años -11 internacionales y 7 locales- hablan a las claras de un Boca ganador.
Pedro Pompilio, el último Presidente electo, colaboró desinteresadamente con la continuidad de esta época brillante. Desgraciadamente, el 30 de octubre de 2008 su corazón Xeneize dijo basta y fue el único Presidente en ejercicio que falleció. Jorge Ameal, su compañero de fórmula, y también electo, continúa la obra.
Muchas páginas en blanco de la historia de Boca esperan seguir siendo escritas. Se conquistarán más campeonatos pero también se sumarán algunas decepciones, habrán alegrías y tristezas, se sumarán jugadores que pasarán a formar el Olimpo de los ídolos xeneizes y otros que pasarán sin ser tan recordados. Pero la marca indeleble de la pasión y del amor incondicional de sus hinchas y de los que vendrán, marcarán a fuego esta historia que nunca se detendrá. La misma que Esteban Baglietto, Alfredo Scarpatti, los hermanos Farenga y Santiago Sana soñaron en aquellos lejanos días de abril de 1905 en un humilde banco de la Plaza Solís.
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